Da la impresión que en cuanto, en lugar de hacer la vista gorda, se pasa la lupa o el escáner por los más diversos ayuntamientos de nuestra querida España (insular y peninsular), se deja entrever el poderoso atractivo del ya cantado dinero por el Arcipreste de Hita: Hace mucho el dinero mucho se le ha de amar…; o por D. Francisco de Quevedo: Poderoso caballero es Don Dinero.
Todo lo que se está poniendo a la luz de corrupción y fraude de todo tipo deja entrever perfectamente que la honradez no está en las corbatas, porque las corbatas no otorgan el don de la dignidad ni revisten de firmeza ética ante este poderoso señor.
Alguien ya dijo del dinero que es un esclavo magnífico pero un mal amo. Es peligroso caer bajo sus garras, como para un jugador, acabar hundido en la ludopatía más irresistible.
Todo lo relacionado con el urbanismo, las grandes obras públicas, la construcción y los dineros públicos, es un campo sembrado para los que ceden, no a tener por esclavo al dinero, sino a hacerse esclavos de él.
No importa edad, no importa condición, no importan creencias, no importa la clase de partido al que se pertenece o del que se beneficia; importa amasar fortuna bajo cuerda, ponerla a buen recaudo a nombre de alguien fuera de toda sospecha y, si es posible, en cuentas inaccesibles que no dejen rastro.
Pero ¿para cuándo se va a ir pasando el escáner por el resto de la geografía española y para cundo se va a revisar por jueces y fiscales lo que ya está denunciado como actuaciones irregulares sospechosas de ser algo más que irregularidades?
Parece que Andalucía es sólo terreno abonado para peperos y disidentes en esto de la corrupción. Pero creo que es precisamente porque no se ha pasado la lupa ni el escáner y parece que se pretende echar tierra encima a muchos asuntos que no interesa que sean aireados.
O los socialistas son unos benditos, o siempre hay quien les echa una manecilla para mantenerlos fuera de toda sospecha o al margen de investigaciones, a pesar de que existan denuncias concretas. ¿A qué se espera? ¿A que prescriban los posibles delitos? ¿A qué esperan?: ¿a que los problemas queden resueltos mediante otros procedimientos que no dejen en evidencia actuaciones arbitrarias y posicionamientos al margen de las normas y las leyes?
Ya, por desgracia, hace tiempo que tenemos todos los españoles a la justicia bajo sospecha; bien sea por su ineficacia, su lentitud, sus salidas de tono, sus vinculaciones más o menos fuertes con el poder político, etc. etc. Quien dijo “la justicia es un cachondeo” fue condenado, pero en realidad no dijo ningún desatino, ni tampoco algo tan distinto de lo que muchos españoles “víctimas” de la justicia piensan, y también pensamos otros que vemos su lento proceder y a veces el injusto final de algunos asuntos sometidos a su juicio.
Lupa, escáner, puertas abiertas, luz y taquígrafos, agilidad en los juzgados, gestión municipal diáfana y clara, dignidad, ética, honestidad, honradez, transparencia…Eso es lo que falta para que los ciudadanos tengan una mínima confianza en dos instituciones necesarias, los políticos y la Justicia.
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