sábado, 14 de noviembre de 2009

Los piratas y los depredadores

Seguramente la piratería ha sido siempre una profesión de depredadores, y, según la fascinante imagen que han aportado las letras y el arte cinematográfico, gente mala y perversa, sanguinaria y maldita.
Cuando Goytisolo escribió aquellos versos:
Érase una vez un lobito bueno
Al que maltrataban
Todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo
Una bruja hermosa
Y un pirata honrado…
Estaba pensando en un mundo al revés, pero no tan del revés. Nos hemos acostumbrado a que los medios de comunicación, la literatura, y nuestra mente traicionera nos fabriquen un cliché y un estereotipo de todo de manera que ya el sólo nombre de bruja o de pirata nos remitan directamente a un mal y un mal perverso y siniestro.
El expolio de África es tan notorio que no hace falta que digamos que no sólo en el período colonial, sino también después, y de una forma más escurridiza y camuflada, especialmente Europa (Portugal, España, Francia, Reino Unido, Italia…), ha arruinado los recursos de África y ha contribuido especialmente a la desaparición de especies, con un severo daño a la biodiversidad, a destruir las formas de convivencia y cultura que se han demostrado mejores y menos dañinas que la democracia trucada que le hemos malvendido, para convertir a algunos políticos, presidentes y generales en verdaderos dictadores.
Con ese panorama, al que se unen en la actualidad la explotación global del coltán, la extracción de petróleo, el comercio fraudulento de diamantes y una forma muy peculiar de expoliar: mandar barcos de todo el mundo a esquilmar paulatinamente los caladeros frente a las cosas africanas de todas las latitudes.
El hecho de que muchos países africanos no tengan una flota pesquera capaz de trabajar cerca de sus propias costas no hace más que confirmar que no se les ha dado la caña de pescar para que puedan beneficiarse de sus caladeros cercanos, sino que la ayuda al desarrollo ha sido otra tapadera para rearmar a los grupos y países saturados de pobreza, de hambre, sufrimiento e injusticia y para justificar de alguna manera los compromisos contraídos a nivel internacional.
Así las cosas, nos maravilla que en el cuerno de África hayan aparecido piratas cuya batalla la libran contra los depredadores que siguen los pasos de empobrecer África, de expoliarla de todas sus riqueza posibles, también las marinas.
Pero en fin, ya nos hemos apresurado a dotar a nuestros barcos piratas de las defensas adecuadas para que “esos muertos de hambre de Somalia” no se atrevan a librar una batalla que –tratando de entender el sentido de estas palabras- habría que considerarla , siempre de algún modo, en legítima defensa.
¿Quiénes eran los buenos y los malos en aquellas películas del Oeste? ¿Los indios o el ejército norteamericano? ¿Quiénes lo son en la realidad que estamos viviendo en el cuerno de África? ¿Los barcos de pesca o los barcos piratas?
Ni que decir tiene que esto que digo no justifica el modo de proceder de la piratería somalí y que lamento, como todos, que haya una tripulación en manos de gente, cuya reacción puede ser imprevisible.
Pero sigamos pensando. La simpleza nos puede engañar: “Había una vez un lobito bueno…”

2 comentarios:

  1. Estimado caballero:
    Es mi ilusión invitarle a seguir a lo largo de estas semanas, a través de mi humilde blog (www.molestoluegoexisto.blogspot.com), el ensayo que realizo acerca de la dulce obra escrita por el genial Saint Exupery; El Principito. Esta breve creación tiene mucho de profundo. Pero no se trata de una profundidad plomiza, suprametafísica o hiperintelectual, ¡para nada! Todo lo contrario, el mensaje del principito es sencillo, directo y preclaro.
    Mi objetivo es que juntos saquemos el máximo jugo a la brillante creación del francés… sin duda esta apasionante labor nos servirá para alegrar nuestros espíritus y crecer un poquito más.
    Un animoso saludo desde la isla de Gran Canaria.

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  2. Hola Arcana Mundi. Efectivamente hay muchos secretos escondidos, muchos tesoros ocultos que desentrañar en nuestro mundo. Puede que la obra de Sanit Exupery, sea una de esas maravillas, como ocurre con el Evangelio a mi parecer, que en cada relectura hallas nuevos matices y mayor belleza.
    Has podido ver ese capítulo apócrifo que he colgado en este mismo blog. Pero no son pocos los comentarios, detalles o alusiones que en mis escritos dedico a El Principito.
    Tengo publicado un libro que recoge escritos anteriores a este blog: "Pobres palabras" y que refleja todos los matices -bueno, casi todos- de mi forma de pensar, sentir y ver el mundo.
    Si desea un contacto más directo, no me importa dejarle aquí mi correo: salfman@hotmail.com

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