Yo creo que la resurrección no es otra cosa que ese impulso que arrastra y que provoca el cambio profundo en la vida.
No hay experiencia resurreccional si no hay vitalidad, optimismo, lucha, compromiso, alegría en las tareas, amor en las relaciones.
No se puede contagiar la resurrección sino cuando las vidas iluminan oscuridades, sanan heridas, consuelan la tristeza, entusiasman a los desalentados. No es posible trasmitir esa fe en la resurrección si no existe fe en el hombre, a pesar de todo, si no creemos que las bienaventuranzas son una verdadera fuente de alegría optimismo y felicidad.
No creo en la resurrección de las meras palabras, sino cuando la vida sintoniza con la vida, cuando la tiniebla ha desaparecido, cuando se han roto de verdad las barreras que separan de vida de la muerte: toda muerte. Cuando, perdida una batalla, uno se pertrecha de nuevo para enfrentarse a otra, sabiendo que esta guerra está ganada, pero que hay que sudarla sin miedo
Cuando la justicia triunfa, por encima del interés, cuando alguien aprieta su mano sobre la mano del que se siente solo, cuando se pierde el miedo a la libertad y uno se lanza a vivir de veras, sabiéndose salvado; cuando la ética con la que intentas vivir es una ética que no persigue la estética ni la perfección sino la honestidad de las acciones y que esas acciones pongan de manifiesto la esperanza y el optimismo frente a una realidad de la que cabe esperar nada...
Entonces la vida es Vida. Cuando se ha quemado toda la leña y ante las cenizas aguardas a que arranque el vuelo del ave fénix; cuando es del estiércol podrido y fermentado de donde esperas ver crecer las más bellas rosas. Cuando la modesta fuerza de tu voz la agiganta y la multiplica el Eco …
Cuando a través de la lluvia del atardecer la luz blanca del sol dibuja el arco iris y lo pinta de sus siete colores.
Cuando de la leña seca del tronco viejo y muerto ves como el fuego llena de luz la noche y abriga con la llama la helada escarcha de la madrugada…
Cuando del grano que se pudre bajo tierra se tapizan los campos con el verde esperanza y luego el sol los madura con su calor amigo, hasta hacerlos dorados y listos para la blanca harina, para la masa fermentada y el pan caliente y horneado…
Todo es uno. La Vida rebrota de la muerte.
Marzo 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario