martes, 11 de enero de 2011

Navidad y esperanzas

1
Dios continúa entrando por abajo,
pequeño, pobre, impotente,
pero trayéndonos su Paz.
”Los cayados de los pastores,
(y del Parkinson también),
las banderas militantes,
las manos solidarias
y los cantos de la juventud
continúan alentando la Caminada.
Las estrellas sólo se ven de noche.”
Pedro Casaldáliga

Las flores nacen del estiércol…
Y a Jesús sólo se le encuentra
entre los pobres.

2
“La gratuidad
es lluvia espontánea
sobre un campo
seco de esperanza.
La gratuidad es fuerza
que abre cerrojos oxidados,
donde el rendimiento,
el interés, los dividendos,
tienen cautiva
la grandeza del hombre
y su misterio.”
Leli Calzado

Y la Navidad es
El gesto gratuito de Dios
Bajando al pozo
Del dolor y la pobreza…
Porque sólo en el fondo
Puede nacer la esperaza
Verdadera.

3
No podemos dejar
Que se apague
La llama de la esperanza
Que habita en el corazón
De los pobres.
Aunque veamos derretirse la cera,
Hay que reavivar la llama.
La cera es la esperanza
Que cree, que necesita creer.
Esta es también
La buena Nueva de la Navidad:
Que cada año,
cada día,
en cada segundo
Renace la esperanza
En los hombre
De buena voluntad.
Porque si perdemos la esperanza
Estamos perdidos.

Para Angel Buce. In memoriam


Ángel
Se nos fue como el viento
escapando por una rendija
descuidada y abierta
de la vida.

Mas siguió caminando con nosotros,
Hasta hoy para llevar orgulloso
esta insignia:
marchamo de SAFA,
medalla a la constancia,
a la perseverancia y al esfuerzo.

Podría llevarla como otro más,
pero con un orgullo diferente.
Su pasión y su empeño en la tarea
le eran consubstanciales;
y todo lo llevaba con esa enorme sencillez de los humildes.

Se nos fue de pronto
como herido por el rayo.
Se nos fue sin dejar
un rastro de cansancio
en sus pisadas.
Se nos fue, sin embargo,
dejándonos su huella,
de pisada suave,
en una enorme estela
de recuerdos,
hechos de gestos más que de palabras,

Sus antiguos alumnos
recordaban siempre
su talante comunicativo,
su buen hacer en clase:
lecciones sencillas,
ni enrevesadas ni solemnes;
Su justa valoración
de los trabajos.

Y, sobre todo,
-todos lo recordamos-
su forma de bondad
sin dobleces,
y su amor al trabajo bien hecho.

Y en medio del trajín de los días
esa afición al fútbol,
sevillana, entrañable,
junto al sentido austero
de su vida,
de sus relaciones con nosotros.

Ángel, te lo has ganado.
Sin caminar ahora a nuestro lado
Fuiste peregrino
recorriendo el colegio.
Fuiste el romero
al que la muerte le cortó su camino
hasta el destino.
Pero, hay, seguro,
otros destinos altos
hacia los que caminar
cuando se quiebra
la marcha de la vida presente.
¡Allá nos encontraremos!
¡Hasta entonces, maestro!


Paco López de Ahumada
7 de enero de 2011

lunes, 10 de enero de 2011

Esperanza, camino y utopía


El año lo terminé hablando de desahucios. El comienzo de este no es que sea una bendición. El panorama no hay que repasarlo otra vez para que nos entre la “mala leche” y tengamos que salir despotricando. En realidad eso es lo que nos queda por hacer a quienes no tenemos más poder que la palabra, el compromiso con las causas perdidas y el incorregible sueño de poner una utopía por delante del camino.
Por eso, este año he soñado con la esperanza como aquel fondo de la caja de Pandora, en la que el regalo de los dioses venía envenenado con todos los males, pero con un detalle compasivo por su parte, (menos mal): tras escapar de la caja aquellos males que invadieron el planeta y retorcieron la bondad de los humanos, en el fondo quedó la esperanza.
Voy a reproducir en este blog, seguramente, todas o parte de las frases que he insertado este año en mis felicitaciones de navidad y año nuevo, marcadas por la idea de la esperanza, porque es habitual decir que la esperanza es lo último que se pierde y yo añado: y si se pierde, estamos perdidos.
Este no es más que un año más para, en lugar de empeñarnos en inventar nuevos propósitos, concentrarnos en los propósitos de siempre porque siempre se nos queda todo a medio construir.
La mayoría de nuestros proyectos se queda abortados, a medio camino, en las guías de la estructura, pero sin forjados ni cerramientos… Un verdadero coladero a través del cual van y vienen todos los vientos.
No acabamos de encontrar nuestro norte ni en la brújula ni en la rosa de los vientos, y así vamos ¡cada vez más desnortados.
Caminar es nuestra tarea; somos viatores, romeros, peregrinos. Me encanta recordar otra vez aquella consideración esperanzada de Eduardo Galeano a propósito de la utopía.
“Busco la utopía… pero si me acerco a ella dos pasos, se retira dos pasos de mí; si avanzo diez pasos ella se aleja otros diez; mientras corro tras ella, ella se me aleja…
-Entonces ¿para qué sirve la utopía?
-Para eso sirve, para caminar.
¡Tenemos un nuevo año por delante! ¿qué son diez días?