domingo, 27 de diciembre de 2009

Acaba el año. Los trabajos y los días

Los asuntos que me pasan por la cabeza como temas para comentar y sugerir reflexiones son tantos como los acontecimientos noticiables que hoy están amontonados en los titulares de prensa y en las entradillas de los telediarios. Hoy leo sobre la muerte de un gran teólogo (Schilleebeeckx) un artículo de Tamayo. Escucho que los israelitas o israelíes o hebreos (¿qué son?) vuelven a las andadas en Gaza y Cisjordania. Me entero que el papa beatifica a Pio XII, encubridor de los crímenes nazis. Se me caen los palos del sombrajo cuando tras una costosísima cumbre sobre el cambio climático, los “grandes de la Tierra” regresan de Copenhague cargados de buenas intenciones de las que se dice que está empedrado el infierno. Los defensores de los derechos humanos acaban en la cárcel en China o recluidos y cercados en su propia casa en el Aiun. Un gran empresario se desentiende de la responsabilidad de haber proporcionado billetes de avión a miles de personas y los abandona a su propia suerte, con falacias y argucias increíbles.
Los gobiernos siguen creciendo como oficinas de grandes negocios cuya primacía está siempre por encima de las personas y su dignidad.
Aminatur Haidar ha despertado del olvido las resoluciones incumplidas de la ONU sobre el Sahara Occidental que Marruecos se sigue pasando por el arco del triunfo y que España sigue olvidando año tras año y vendiendo su dignidad por un plato de lentejas… Y una vez resuelto el embarazoso problema del ayuno a vida o muerte de Haidar volverán a caer en el olvido. El tiempo nos lo dirá.
Así que, a bote pronto, este mundo no es un mundo que te dé demasiadas alegrías ni te conforte de esperanza. Más bien parece que constituye un ejercicio de buena voluntad el mantener la esperanza, la cabeza alta, la utopía en la cabeza y los pies ligeros para seguir avanzando.
Un año nuevo no hará milagro alguno. Sus días se sucederán llenos de sobresaltos y expectativas. No parece que la crisis nos haya sacudido tan fuerte que cambiemos radicalmente lo que se propuso el mundo tras el desastre: Controlar las operaciones financieras de los bancos, imponer la tasa Tobin” a las transacciones financieras por la red, acabar con los paraísos fiscales, vigilar el funcionamiento de la bolsa.
Hay que abrir nuevos campos a las aspiraciones de bienestar que no estén contaminados de afán posesivo, de consumo desaforado, de ambición de tener como si en ello nos fuera la felicidad.
Lo último es dejar de pensar, sentir y estar convencido de que otro mundo mejor es posible, de que puede existir otra forma de plantearse la supervivencia de los humanos, trabajando por la supervivencia del planeta, que es la casa común de los ricos y los pobres; pero lamentablemente -como ya dijera Chesterton, creo- “Dios hace caer la lluvia sobre buenos y malos, pero se mojan más los buenos, porque los malos les han quitado los paraguas”.

lunes, 14 de diciembre de 2009

¿Celebrar la Navidad?

No andan los tiempos para muchas felicitaciones, ni mucho jolgorio, regalos, luminarias o festejos excesivos.
La cosa está que arde, y buscar a los hombres de buena voluntad no es que sea imposible, pero resulta ya algo complicado y difícil.
Volver a la Navidad como creyente, a esto que Pablo llamó locura de dios y manifestación de la filantropía (humanismo) de nuestro Dios, nos arrastra necesariamente a la huida de este “montaje” que va desde los villancicos (lo más ingenuo a veces) al consumo desaforado de alimentos y bebidas, al desafortunado despilfarro en regalos obligados…
Lo peor es que, sintiéndolo de alguna manera, nos escuece la herida de la humanidad desahuciada, de los recién nacidos condenados a morir de inanición, de los que este invierno pasarán una y otra noche rodeados de un frío feroz (que, como decía Maruja Torres deja helado el aliento de los villancicos), sin que bajen ángeles a deslumbrarles o sorprenderles con bellas canciones celestiales.
Nadie les indicará a ellos el camino de Belén, porque llevan allí, en ese campo de refugiados, en esa especie de establo colectivo, demasiado tiempo, despojados de todo menos de la esperanza en los otros humanos… Ojalá no les defraudemos.
Muchos, afortunadamente para nosotros, no conocen más que ese espacio reducido en el que comer, beber o lograr alguna forma de trabajo para sobrevivir, es una aventura cada día; pero ignoran el egoísmo increíble, la abundancia, el olvido, el desconocimiento, y la insensibilidad de quienes vivimos rodeados de todos los regalos.
Poco queda que celebrar, salvo dar pábulo a nuestro orgullo y hacer ostentación de nuestra abundancia, lanzando a la inmensa mayoría de la humanidad una bofetada de indiferencia y una modesta limosna, ofrecida por teléfono mientras disfrutamos calentitos, sentados alrededor de nuestra mesa camilla del maratón solidario de la tele.

domingo, 13 de diciembre de 2009

El Ayuno de Aminatu Haidar desvela la hipocresía de los gobiernos y la solidaridad de los pueblos

Quien dejó escrito “los gobiernos son oficinas de negocios” no erró ciertamente.
Cuando el ministro Moratinos, en referencias al caso de Aminatu Haidar tiene el cinismo y el sarcasmo de sugerir que esta activista emplee otros medios de lucha que no pongan en peligro su vida, como si hubiera realmente otros, es simplemente una bofetada a Aminatu y a todo el pueblo saharaui y al Frente POLISARIO, que optó por escoger una lucha que no pusiera en peligro sus vidas ni las de nadie, declarando un alto el fuego en la guerra que mantenían con Marruecos, confiando en la buena mediación de Naciones Unidas, cuyas resoluciones sobre el Sahara occidental y el referéndum de autodeterminación, suponía un paso adelante. Pero que ni han sido forzadas por la comunidad internacional, ni por los sucesivos gobiernos de España, incluido éste, ni respetadas un solo momento por el rey de Marruecos que se ha pasado por el forro de su chilaba todas esas resoluciones y todos los intentos de acercamiento.
Su ambición anexionista le ha llevado a desoír cualquier palabra que le pueda acercar al reconocimiento de la diversidad en ese territorio llamado Sahara., Ahora, con la política de los hechos consumados que le caracteriza, y con el más absoluto de los desprecios hacia las resoluciones de Naciones Unidas (por cierto, no menos que Israel), considera que cualquiera que intenta que se reconozca la autonomía del Sahara Occidental no es más que un terrorista que atenta nada menos que contra la integridad territorial de Marruecos, declarada unilateralmente por el monarca alauita.
Así que el gobierno español, que desde hace treinta y cuatro años con la marcha verde dejó a su suerte (bastante mala por cierto) al pueblo saharaui, ni siquiera tuvo el valor de reconocer al frente POLISARIO, aunque verbalmente le daba apoyo de pura boquilla.
Los sucesivos gobiernos no han hecho sino echar tierra al asunto y dejar que sea sólo el pueblo de España –no sus gobiernos- quien haya prestado su apoyo moral y solidario al Frente POLISARIO y a los refugiados saharauis de Tinduf en Argelia.
La lucha de Aminatu, al más puro estilo Gandhiano es una forma no violenta de defender un derecho que se basa en la justicia y la razón.
La dictadura marroquí, pues no cabe señalarla de otro modo, ha acallado cualquier tipo de gesto solidario con los saharauis, bajo las amenazas que ya han sufrido tanto Aminatu como otros que han intentado luchar por el derecho de su pueblo de fomra pacífica: sabemos donde están: en la cárcel, y, como Aminatu, sin pasaporte ni marroquí ni saharaui, ni con el DNI español que muchos tuvieron pero que ha ido caducando con el paso del tiempo hasta hacer imposible generar un censo, necesario para llevar a cabo el referéndum.
Mientras tanto el gobierno español tiene muchos intereses que defender, menos los del pueblo saharaui: convenios pesqueros, acuerdos preferentes de exportación de productos de huerta en competencia desleal, pero que conviene a Marruecos y a las empresas importadoras de Europa; los intereses generados por la explotación de los fosfatos y otros negocios. Ponerse a mal con Marruecos trae malas consecuencias, ya han enseñado las orejas con la visita del Rey a las ciudades españolas limítrofes con Marruecos: Ceuta y Melilla.
Es verdad que cuando uno no quiere dos no se pelean, pero también que cuando uno no quiere dos no pueden ponerse de acuerdo. Y la testa coronada de Mohamed V es dura como las rocas del Atlas.
El ministro de exteriores marroquí afirmó: “Marruecos no se deja llevar por el chantaje”. Todos sabemos claramente que no, precisamente porque Marruecos practica el chantaje y ya amenazó con romper acuerdos con España en materia de seguridad e inmigración, si seguían las presiones. Y desde 1975 ha chantajeado al mundo y a Naciones Unidas con su política de los hechos consumados y de no importarle ni los derechos humanos ni el Derecho Internacional. Lo dicho, las resoluciones de Naciones Unidas son para Maruecos papel mojado.
Así es imposible dialogar o negociar nada.
Necesitaremos un milagro para que Aminatur escape de esta y este hecho no constituya una indigna victoria más de Marruecos contra las reivindicaciones del pueblo que defiende esta mujer sólo con el riesgo de su propia vida.
Si muere, se convertirá en poco tiempo, en un episodio más que pasa al olvido... Y vamos para 35 años.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Bono y Pinochet

Lo más indignante de aquel viaje de Juan Pablo II a América fueron dos acontecimientos que en cierto modo marcaban la “rectitud de la doctrina cristiana” defendida por el papa.
La primera fue la actitud despectiva y autoritaria del papa levantando el dedo amenazador contra el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal en Nicaragua.
La otra fue ver al papa dando la comunión al dictador Pinochet. Un papa que se entretuvo en linchar y desautorizar a todos los teólogos de la liberación que pudo, que desoyó el clamor de los pobres para proceder con agilidad a reconocer el valor martirial de la muerte de Monseñor Oscar Romero y la de los 5 mártires de la Universidad Centroamericana empezando por Ellacuría y acabando por las dos personas del servicio, pero que tampoco se dignó reconocer el valor de martirio de tantos sacerdotes, religiosas y catequistas que sufrieron la persecución y la muerte por causa de su fe, a manos de los poderosos.
Este papa se apresuró a canonizar a Don JosemaríaEscrivádeBalaguer y a rebuscar en los archivos otros que le hicieran olvidar la sangre derramada de los mártires de América Latina.
Pero sí que tuvo una cara amable y una actitud condescendiente con un dictador sanguinario con el que lamentablemente coincidía en su visceral anticomunismo, al que no tuvo el más mínimo reparo en sentirse en comunión y en hacerle partícipe de la Eucaristía, el misterio del amor y la comunión. Esto para mí constituyó entonces (y sigue estando presente en mi mente) una de la más enormes vergüenzas del Vaticano, significativo de lo que esta iglesia institucional busca y persigue, buscando a Jesús muy lejos de los pobres y en contradicción con las bienaventuranzas del Evangelio.
Esta iglesia está dispuesta ahora a condenar y dejar fuera de la comunión a quienes han apoyado o dado su voto a la ley que regula el aborto. Se ve que le faltan arrestos o agallas para condenar a los asesinos y a los tiranos. Ni condenó a Hitler, ni condenó a Mussolini, ni condenó a Franco, ni condenó a Pinochet, por poner sólo unos ejemplos.
Se ve que la mayoría de los pecados que preocupan a la iglesia son los relacionados o con el sexo o con el cuerpo; no hay condenas ni excomuniones para los explotadores para los avaros que viven de la usura y llenan sus bolsillos hasta en los Montes de Piedad, a costa de los pobres; no hay condenas contra quienes fabrican, exportan venden o compran armas destructoras, no hay condenas contra nuestros países del primer mundo que esquilman y arruinan a los pobre y generan el hambre y la muerte.
Lo diré de nuevo: se habla mucho y hay gran preocupación por el aborto, y muy pocas manifestaciones por los miles de niños que a diario mueren de hambre y sin esperanza en brazos de madres que nunca abortaron.
…Y nada de esto es aceptar a ciegas el aborto; pero acaso nos sigue faltando la sindéresis de la razón y la empatía cuando juzgamos de aquello y sobre aquello en lo que no estamos personalmente implicados.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Desidia, Desganas, Anestesia

Voy a hacer mías unas palabras que leí hace días en una carta al director, -ese género literario que resulta a veces tan aleccionador: “percibo una sociedad anestesiada, que se alimenta de televisión y a la que poco le importan estas realidades”.
De la combatividad con la que en otro tiempo nos empleábamos todos, ciudadanos, políticos, sindicalistas, asociaciones de vecinos, culturales etc. etc. para combatir y denunciar las arbitrariedades, los abusos y la manipulación, hemos pasado a un desentendimiento total; a la mayor de las indiferencias y a un laissez faire, laissez passer como si nada nos importara, ausentándonos de toda forma de compromiso y de riesgo.
La inmensa mayoría calla ante el atropello de la nueva ley de extranjería que indirectamente condena hasta la norma sagrada de la hospitalidad; y que, yendo un poco más allá, limita las posibilidades de obtener asilo político tras las restricciones que se marcan, cerrando puertas a los perseguidos por causa de la libertad, la justicia y la defensa de los derechos humanos.
Cerca nos queda el caso de la saharaui Aminatou Haidar, reconocida en los Estados Unidos con el premio al Coraje civil, y exilada por Marruecos, abandonada por España, como un paso más en el denigrante espectáculo que España está dando respecto de Sahara, antigua colonia, abandonada a su suerte. España no ha luchado suficientemente por que se llegara al Referéndum ordenado por la ONU. Más bien, una vez más, como con la marcha verde ha mirado para otro lado, para no perjudicar los intereses, los negocios, el dinero, la economía, (erigida en la madre y la reina de todas las justificaciones) Y para no disgustar a ese rey de Marruecos, soberbio, ruin y megalómano al mismo tiempo.
Los gobiernos no son ahora como apuntaba hace días un columnista otra cosa que oficinas de Negocios y transacciones mercantiles, aunque sea a costa del más absoluto desprecio a los derechos humanos.
¿Qué ha hecho la Unión Europea ante las leyes promulgadas en Italia que son un verdadero atropello, inspiradas un la xenofobia y el racismo? Callar.
¿Qué ha hecho nuestro ministro de Asuntos Exteriores en Cuba? Callar
¿Qué ha hecho nuestro ministro de Asuntos exteriores en Guinea? Callar.
¿Qué sigue haciendo la comunidad internacional ante los atropellos de Israel –hoy mismo con la ampliación de 900 viviendas en asentamientos ilegales y contra todo derecho- en ese holocausto continuado contra el pueblo palestino? Callar.
El silencio, el disimulo, y lo que es peor, la caradura, la desvergüenza y la más elemental falta de ética se han instalado en la sociedad.
Nos dan arrebatos de rebeldía cuando algo nos afecta de cerca y daña nuestros intereses propios, pero pasamos de la forma más vergonzante de implicarnos en situaciones que afectan a los problemas de la Humanidad.
Se sigue aplazando el cumplimiento de los objetivos del milenio, se siguen fabricando armas, porque son las industrias que no han tenido que promover ni ERE(s) ni cierres, ni suspensión de pagos. El negocio es redondo y en la exportación de esos indeseables instrumentos que van a parar a manos más indeseables aún, recogemos extraordinarios beneficios. Aunque el hambre siga haciendo estragos y derribando a los hijos de la tierra.
Cada minuto caen dos o tres niños a consecuencia del hambre y las enfermedades provocadas por la desnutrición. ¿Tiene esto sentido?
Mario Benedetti, lo describe así en su poema “Desganas”, (palabra que por otra parte expresa mucho del posicionamiento en que la sociedad se está situando en referencia a todos los problemas):
Si cuarenta mil niños sucumben diariamente
en el purgatorio del hambre y de la sed
si la tortura de los pobres cuerpos
envilece una a una a las almas
y si el poder se ufana de sus cuarentenas
o si los pobres de solemnidad
son cada vez menos solemnes y más pobres
ya es bastante grave
que un solo hombreo una sola mujer
contemplen distraídos el horizonte neutro
pero en cambio es atroz
sencillamente atroz
si es la humanidad la que se encoge de hombros.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Los piratas y los depredadores

Seguramente la piratería ha sido siempre una profesión de depredadores, y, según la fascinante imagen que han aportado las letras y el arte cinematográfico, gente mala y perversa, sanguinaria y maldita.
Cuando Goytisolo escribió aquellos versos:
Érase una vez un lobito bueno
Al que maltrataban
Todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo
Una bruja hermosa
Y un pirata honrado…
Estaba pensando en un mundo al revés, pero no tan del revés. Nos hemos acostumbrado a que los medios de comunicación, la literatura, y nuestra mente traicionera nos fabriquen un cliché y un estereotipo de todo de manera que ya el sólo nombre de bruja o de pirata nos remitan directamente a un mal y un mal perverso y siniestro.
El expolio de África es tan notorio que no hace falta que digamos que no sólo en el período colonial, sino también después, y de una forma más escurridiza y camuflada, especialmente Europa (Portugal, España, Francia, Reino Unido, Italia…), ha arruinado los recursos de África y ha contribuido especialmente a la desaparición de especies, con un severo daño a la biodiversidad, a destruir las formas de convivencia y cultura que se han demostrado mejores y menos dañinas que la democracia trucada que le hemos malvendido, para convertir a algunos políticos, presidentes y generales en verdaderos dictadores.
Con ese panorama, al que se unen en la actualidad la explotación global del coltán, la extracción de petróleo, el comercio fraudulento de diamantes y una forma muy peculiar de expoliar: mandar barcos de todo el mundo a esquilmar paulatinamente los caladeros frente a las cosas africanas de todas las latitudes.
El hecho de que muchos países africanos no tengan una flota pesquera capaz de trabajar cerca de sus propias costas no hace más que confirmar que no se les ha dado la caña de pescar para que puedan beneficiarse de sus caladeros cercanos, sino que la ayuda al desarrollo ha sido otra tapadera para rearmar a los grupos y países saturados de pobreza, de hambre, sufrimiento e injusticia y para justificar de alguna manera los compromisos contraídos a nivel internacional.
Así las cosas, nos maravilla que en el cuerno de África hayan aparecido piratas cuya batalla la libran contra los depredadores que siguen los pasos de empobrecer África, de expoliarla de todas sus riqueza posibles, también las marinas.
Pero en fin, ya nos hemos apresurado a dotar a nuestros barcos piratas de las defensas adecuadas para que “esos muertos de hambre de Somalia” no se atrevan a librar una batalla que –tratando de entender el sentido de estas palabras- habría que considerarla , siempre de algún modo, en legítima defensa.
¿Quiénes eran los buenos y los malos en aquellas películas del Oeste? ¿Los indios o el ejército norteamericano? ¿Quiénes lo son en la realidad que estamos viviendo en el cuerno de África? ¿Los barcos de pesca o los barcos piratas?
Ni que decir tiene que esto que digo no justifica el modo de proceder de la piratería somalí y que lamento, como todos, que haya una tripulación en manos de gente, cuya reacción puede ser imprevisible.
Pero sigamos pensando. La simpleza nos puede engañar: “Había una vez un lobito bueno…”

viernes, 13 de noviembre de 2009

Pasar el escáner al país entero. (Corrupción)

Da la impresión que en cuanto, en lugar de hacer la vista gorda, se pasa la lupa o el escáner por los más diversos ayuntamientos de nuestra querida España (insular y peninsular), se deja entrever el poderoso atractivo del ya cantado dinero por el Arcipreste de Hita: Hace mucho el dinero mucho se le ha de amar…; o por D. Francisco de Quevedo: Poderoso caballero es Don Dinero.
Todo lo que se está poniendo a la luz de corrupción y fraude de todo tipo deja entrever perfectamente que la honradez no está en las corbatas, porque las corbatas no otorgan el don de la dignidad ni revisten de firmeza ética ante este poderoso señor.
Alguien ya dijo del dinero que es un esclavo magnífico pero un mal amo. Es peligroso caer bajo sus garras, como para un jugador, acabar hundido en la ludopatía más irresistible.
Todo lo relacionado con el urbanismo, las grandes obras públicas, la construcción y los dineros públicos, es un campo sembrado para los que ceden, no a tener por esclavo al dinero, sino a hacerse esclavos de él.
No importa edad, no importa condición, no importan creencias, no importa la clase de partido al que se pertenece o del que se beneficia; importa amasar fortuna bajo cuerda, ponerla a buen recaudo a nombre de alguien fuera de toda sospecha y, si es posible, en cuentas inaccesibles que no dejen rastro.
Pero ¿para cuándo se va a ir pasando el escáner por el resto de la geografía española y para cundo se va a revisar por jueces y fiscales lo que ya está denunciado como actuaciones irregulares sospechosas de ser algo más que irregularidades?
Parece que Andalucía es sólo terreno abonado para peperos y disidentes en esto de la corrupción. Pero creo que es precisamente porque no se ha pasado la lupa ni el escáner y parece que se pretende echar tierra encima a muchos asuntos que no interesa que sean aireados.
O los socialistas son unos benditos, o siempre hay quien les echa una manecilla para mantenerlos fuera de toda sospecha o al margen de investigaciones, a pesar de que existan denuncias concretas. ¿A qué se espera? ¿A que prescriban los posibles delitos? ¿A qué esperan?: ¿a que los problemas queden resueltos mediante otros procedimientos que no dejen en evidencia actuaciones arbitrarias y posicionamientos al margen de las normas y las leyes?
Ya, por desgracia, hace tiempo que tenemos todos los españoles a la justicia bajo sospecha; bien sea por su ineficacia, su lentitud, sus salidas de tono, sus vinculaciones más o menos fuertes con el poder político, etc. etc. Quien dijo “la justicia es un cachondeo” fue condenado, pero en realidad no dijo ningún desatino, ni tampoco algo tan distinto de lo que muchos españoles “víctimas” de la justicia piensan, y también pensamos otros que vemos su lento proceder y a veces el injusto final de algunos asuntos sometidos a su juicio.
Lupa, escáner, puertas abiertas, luz y taquígrafos, agilidad en los juzgados, gestión municipal diáfana y clara, dignidad, ética, honestidad, honradez, transparencia…Eso es lo que falta para que los ciudadanos tengan una mínima confianza en dos instituciones necesarias, los políticos y la Justicia.

martes, 10 de noviembre de 2009

Facilidades para la impunidad y la frivolidad

Ya resulta cansino este inventar derechos del gobierno socialista o de la gente, en el sentido de que cualquier cosa que se puede hacer o que en un determinado momento hubiera de hacerse se convierte por arte de birlibirloque en un derecho.
Es cierto que hay que universalizar las posibilidades para que todas las personas disfruten de una igualdad de oportunidades, pero ¿para qué objetivos o para qué fin?
Me llama la atención que, -sin dudar de que determinadas situaciones complejas y delicadas hayan de ser reguladas y encauzadas legalmente, como la “posibilidad” de un aborto como interrupción expresa y decidida del embarazo no deseado- se den esas facilidades y se concedan esos privilegios a personas que si bien pueden estar ejerciendo un uso responsable de su libre albedrío y tomando decisiones de calado ético que han sido sometidas a un mínimo discernimiento, también pudiera ser que se estén “deshaciendo” de una responsabilidad, de un compromiso, de las consecuencias de actos superficiales, irreflexivos, alocados o inconscientes, como consecuencia de una frivolización absoluta de la sexualidad y de las relaciones humanas y de la Biblia en pasta.
Tras estas leyes que quieren regular tanto la interrupción del embarazo considerado como un “derecho” como la utilización indiscriminada de la “píldora del día siguiente”, siempre se habla mucho de educación, de información, de actuaciones responsables por parte de las personas afectadas. Pero en poquísimos casos he oído hablar de la responsabilidad del varón, que queda al margen como un dios “ex machina” que en cualquier caso se lava las manos en el conflicto ético que pudiera surgir en la mente o la sensibilidad de determinadas personas.
Educación. Se habla de educación como si nuestro sistema educativo estuviera resultando magnífico en cualquiera de sus aspectos. Es todo lo contrario, Se está produciendo un fracaso educativo que por supuesto puede afectar también a los posicionamientos éticos ante estos hechos.
Es verdad que el respeto está siendo uno de los pilares y de las actitudes transversales con las que se pretender educar al alumnado de ambos sexos de la ESO especialmente.
Pero ¿Quién ha dicho que si nos seguimos haciendo cada día más concesivos con las modas o las realidades que están en la calle, no acabaremos aceptando como normal, sin ningún tipo de problema, la pedofilia, la prostitución de menores, la violación en determinados supuestos… o qué sé yo. Al fin y al cabo si ya todos somos “dueños y dueñas de nuestros propios cuerpos”, ¿quién va a poner pared al campo?
El problema más grave radica en las bases éticas desde las que se plantea toda esta problemática.
La defensa de la mujer (objeto más frecuente de los abusos y de la manipulación) me parece absolutamente necesaria y debe ir incluso más allá de una especie de mera protección. Pero ¿dónde están los fundamentos éticos de toda esta legislación? Concedamos que la perspectiva de la jerarquía católica es intransigente, inamovible, y no deja lugar a la perplejidad, al contexto y ni siquiera a la conciencia personal, último criterio moral según la misma doctrina católica. Pero si la iglesia quiere aportar como fundamento una discutible visión de “la ley natural”, no se ve qué criterio es el que se plantea desde la visión tan aperturista y tan igualmente intransigente del actual gobierno socialista.
Las limitaciones que la Generalitat de Cataluña ha puesto a la venta sin receta de la píldora del día después, incluida la venta a menores de 13 años, ya ha sido respondida por la propia ministra afirmando que cualquier pega que se ponga no impedirá que las cosas sean como están previstas desde su perspectiva.
Ya a muchos parece un disparate que se lleve a cabo un aborto por una menor, sin conocimiento o consentimiento de los padres, titulares de la patria potestad; también lo parece la venta indiscriminada de la píldora del día siguiente, sin ninguna mediación médica ni recomendación de personal competente y adecuada, incluso a menores de 13 años.
Sencillamente, o sinceramente, no se necesita montar un pollo, lo que hace falta es tener unos políticos con dos dedos de frente y un poco de sentido común, aparte de una fundamentación ética de su pensamiento tan abierto y universal.
Somos muchas las personas que tratamos de establecer nuestra relación con el mundo desde la perspectiva de la “empatía”, poniéndonos en el lugar del otro. Esto permite sin duda ser sumamente comprensivo, respetuoso y amable. No obstante no se puede ser indefinidamente transigente y concesivo. Lo que está pasando a muchos adolescentes es que los padres no han sido determinantes en el establecimiento de límites. Eso lo estamos pagando con tener una parte de la adolescencia y la juventud “ingobernable”, colaborando al mismo tiempo a quitarle la razón a los educadores a favor de los alumnos, con lo cual consagramos el principio del “todo vale” o del “qué más da, o del ¿¡qué pasa!?
Jesús García Montero en un artículo de opinión en El País del domingo 16 de agosto pasado iluminaba estas reflexiones mías: “Las formas del dogmatismo actual más allá de las ideologías totalitarias, tienen mucho que ver con la reducción de los matices del mundo a breves titulares que sirven para imponer opiniones y simplificar la realidad, haciendo imposible un verdadero uso de la conciencia individual. Los dogmas de hoy dependen con frecuencia de las nuevas velocidades de la información. La invitación al cinismo, el deseo de relativizarlo todo, suele ser el camino de las inteligencias que juegan a destruir las ilusiones colectivas”. (El subrayado es mío)

martes, 27 de octubre de 2009

Lefevrianos, anglicanos conservadores y católicos ultraortodoxos

De aquí a poco, por el camino que van las cosas: la condena de teólogos, hermeneutas y pensadores católicos, -hace poco hemos sabido también de la defenestración de un jesuita en Japón, eminente especialista en bioética- con acusaciones del Santo oficio; mientras, se busca ser condescendiente con ultraconservadores y ultramontanos y ultraortodoxos, cuyas desviaciones sin duda van a ser perdonadas por el cariz que van tomando los acontecimientos (si bien la perfecta “reconciliación” está pendiente de algunas conversaciones y diálogo con los lefevrianos). El caso de los anglicanos, parece presentarse con el mismo talante de reconciliación con tal de que se esté a favor incondicionalmente y como sea de la doctrina mantenida a capa y espada por Roma.
La imposible humildad, por la soberbia conciencia de estar en posesión de la única verdad, provoca que cada vez más los cristianos católicos nos sintamos más y más lejos. Ya se nos ha echado la cruz y el buen pastor no va a venir a buscarnos como ovejas perdidas. Nos espera en casa, ¡siempre el padre del hijo pródigo!, para que volvamos arrepentidos, nos hinquemos de rodillas, y digamos al menos de boquilla – como Galileo- que estamos equivocados.
Parece que se quiere volver atrás al período anterior al Vaticano II; esperemos que no se resuciten aquellos anatemas del controvertido Syllabus de mediados de XIX, en el que tantas condenas y ambigüedades se incluyeron para desorientación y decepción de muchos creyentes. Precisamente entre los anatemas del Syllabus se condena el no-sometimiento de la inteligencia al magisterio de la Iglesia. Es más, se condena la libertad de culto, pensamiento, imprenta y conciencia. Me temo que las jerarquías van por ese camino. Pero razón y libertad seguirán siendo el don más grande que ha sido dado a los humanos por el Creador.
27.octubre.2009

viernes, 23 de octubre de 2009

Otra vez a propósito de Ágora

Que la película Ágora pretenda ser estrictamente histórica, no creo que le haya pasado por la cabeza ni a Amenábar ni a nadie.
Que un cineasta, que pretenda dar que hablar fabricando una película con garra y debate y, escoja de la historia aquello que pueda expresar mejor unos determinados puntos de vista y que destaque algunos elementos sobre otros, tampoco es nada nuevo bajo el sol entre creadores de literatura, cine, pintura, arquitectura, etc.
Pero a mí me da la impresión de que aquello de D. Quijote: “con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho” va a seguir teniendo razón, porque a veces (la iglesia) ni acepta la verdad de su historia –en la película sin duda no se es fiel literalmente a la historia- ni entiende la libertad de los creadores para hacer interpretaciones libres de ella, cuando no son historiadores. Pero tampoco responde necesariamente a la intención de que está todo inventado para machacar a los cristianos.
El que Hypatia sea una especie de excusa y se la haya adaptado a un guión cinematográfico, tampoco debe resultar nuevo. Lo que siempre parece evidente a los cristianos –bueno, a determinados cristianos al menos- es que con todo se pretende un ataque, una destrucción, provocar un desprecio, sembrar el desprestigio de la jerarquía de la iglesia, etc.
Una novela es una novela, una película es una película, un cuadro de Picasso es un cuadro de Picasso. Y la historia de la Iglesia tampoco es exactamente la historia de la iglesia que la iglesia ha explicado siempre. No porque mienta o la falsee expresamente sino porque no se entra en los intereses ocultos, las discordias internas, y por algo se guardan con determinado secreto algunas decisiones o no se acepta la más mínima crítica a algunas posturas mantenidas en la Iglesia respecto de la teología, de la disciplina y de otras realidades.
Lo que me parece a mí es que hay una suspicacia, a consecuencia de la general desafección que muchas decisiones de la iglesia provocan en multitud de fieles y por supuesto en mucha gente normal y corriente, no necesariamente fiel.
Lo que a veces pienso es que –tal como se presenta la institución eclesial- o se sigue la pauta ultramontana*, tradicionalista, y de “fidelidad incondicional a los principio de la iglesia”, o enseguida cualquiera es bueno para convertirse, no en un crítico o un amable corrector, sino en un implacable enemigo público… Estas actitudes no hacen sino confirmar lo que a veces se presenta como “normal” en esta película como en otras que tocan algún tema en que la iglesia puede ver rozados sus dogmas, sus principios o su manera de ver y de pensar. La Iglesia no es intocable, más que para aquellos que creen que así como está, lo es por voluntad de Dios; los demás no tienen por qué sumarse a esa visión religiosa o teológica.
Yo destacaría que la Iglesia, está tomando la postura o el papel de víctima perseguida, cuando simplemente existe una discrepancia y un cierto divorcio entre la sociedad civil y las estructuras religiosas. El cristianismo es salvable, el Islam es salvable, el judaísmo es salvable; pero de ninguna manera cualquier forma de dogmatismo o fanatismo excluyente de esas confesiones es admisible en una sociedad plural y abierta.
Tampoco la sociedad puede ser intolerante con los auténticos valores humanos y éticos
que pueden representar las confesiones religiosas. Pero nada puede impedir que sea crítica con los aspectos que considera negativos o faltos de razonablilidad.
Es importante matizar y poner cada cosa en su sitio. El artículo de Jesús Trillo Figueroa que he leído en LA RAZÓN.es y que corre por los reenvíos de correo electrónico, abunda en esta postura y, aunque en algunos asuntos no le falte la razón en cuanto a determinados datos de la historia, no se reconoce el aspecto de fantasía que casi siempre rodea a películas que ponen su fundamento en acontecimientos complejos de la historia, ni que la narración cinematográfica no es un reflejo fiel de hechos sino un montaje adecuado a ese tipo de lenguaje. Repito finalmente lo dicho. Atrevámonos a poner cada cosa en su sitio sin extrapolar las intenciones o sacarlas de contexto.
23 de octubre de 2009

miércoles, 21 de octubre de 2009

Aborto

Pocos escritos he encontrado relacionados con el asunto de la nueva ley del aborto de la precisión y seriedad del planteado por Cristianos Socialistas del PSOE, presentado o elaborado por una Catedrática de Historia, (Pilar de la Vega), por un Biólogo, (Jordi López Camps) y por una médica y magíster en Bioética) María José Pereda.
Por una parte, desde una perspectiva sociológica, consideran que “no se puede descalificar una regulación legal del aborto por considerarlo directamente un asesinato”, pues desentenderse de esa regulación supone desentenderse también de las gravísimas consecuencias de una prohibición absoluta.
Nadie niega que la posición del legislador ante una decisión ciudadana de este calado es realmente compleja y conflictiva.
Por otra parte el hecho de que la decisión se considere algo que concierne sólo a la mujer, es una apreciación demasiado alejada de la realidad y que no exime de realizar un juicio ético, social, jurídico y legal sobre este hecho de características tan peculiares.
Mirar su complejidad y hacer un juicio más bien sosegado y restrictivo no debe convertir a nadie en un personaje conservador y cerrado, pues el fenómeno del aborto no es para tratarlo con frivolidad ni ligereza.
Es un hecho que el embrión primero y el feto después son un proyecto humano en ciernes y en permanente crecimiento hacia el logro de un ser humano nacido. Entre tanto sólo es un “nasciturus”. Eso es así.
Si alguien entrara en un sembrado de trigo en el que sólo una breve hierba cubre con una alfombra la superficie sembrada, y, de cualquier manera, destrozara el sembrado, se puede decir que ha frustrado así una cosecha de trigo. Y no valdrá el argumento de que no se veían las espigas.
“Podemos convenir –dice el escrito aludido- en que la dignidad inherente del feto no sea la misma que la de la persona nacida”, pero de cualquier modo el cuidado del feto como vida humana que avanza en su proceso de maduración requiere la protección no sólo de las personas, sino de las leyes y del propio Estado. Y “por cuanto (el feto) se trata de un ser humano en formación, no puede haber un derecho al aborto”.
Podría decirse que sólo queda el recurso a la aceptación de que el aborto es una cuestión de conciencia. Sea. Eso obliga a una serie nada fácil de decisiones y posiciones del Estado y el Gobierno. Dice el texto: “la función legisladora y la gestión política deben estar inspiradas por la ética y el bien común. Sin embargo creemos que hacer realidad los principios éticos en una sociedad plural, no supone necesariamente identificar código moral y código penal. Y esto es especialmente claro en el caso del aborto”.
La despenalización o la situación del aborto en un nuevo concepto jurídico -no necesariamente un derecho- obliga a una búsqueda a conciencia de los términos en que ha de promulgarse una ley y –por supuesto, a mi entender- huyendo de cualquier frivolidad que suponga una degradación o infravaloración del hecho de abortar. Es el caso de las adolescentes, menores, o de la consideración de no comunicación del hecho a los padres que son aquellos que tienen la patria potestad en problemas de responsabilidad del o la menor.
El resto de esta reflexión es la trascripción literal del final de la declaración, que considero la más exigente de las propuestas para toda la sociedad y para los que tienen la responsabilidad de legislar, y no sólo en este terreno, sino también en el ámbito de la educación.
“Es necesario desarrollar políticas de investigación y prevención que orienten hacia una sexualidad responsable. La prevención debe hacer frente a la banalización de la sexualidad. También son necesarias políticas educativas, que deben hablar de la sexualidad como placer, pero también como vínculo afectivo; como respeto a la alteridad y dignidad del otro y como control de las propias pulsiones. Y debe avanzarse en el desarrollo de una real protección social de la maternidad.
En definitiva, la cifra de 112.000 abortos en sólo un año (2007) es un elocuente signo de fracaso colectivo. Estamos a tiempo de aprovechar esta reforma para emprender con decisión el impulso de políticas públicas para la reducción de los embarazos no queridos que conducen al aborto”. (v.El País, 18 de octubre, pág. 38)
21 de octubre de 2009.

martes, 20 de octubre de 2009

Por la vida

Han coincidido en el tiempo la convocatoria de manifestaciones para la lucha contra el hambre en el mundo donde según los cálculos más optimistas más de mil millones de personas están pasando hambre al punto de que las enfermedades y carencias consecuencia de la falta de alimentación, provocan muertes por hambre a razón de unas 30.000 personas diarias.
El fracaso de la humanidad no es ya sólo el de una ambición y avaricia que borra los márgenes de la ética más elemental, sino el desentendimiento más absoluto del problema de sus semejantes, expoliados y empobrecidos hasta el extremo de carecer de todo. Y si sobreviven es –en muchas ocasiones- gracias a aportaciones solidarias totalmente insuficientes y a la falsificación del concepto de ayuda al desarrollo, que no consiste en darle arroz o harina, o pescado, sino, como tantas veces se ha dicho, en posibilitar la creación de explotaciones adecuadas en las que sea posible producir el alimento necesario para sobrevivir y donde se recupere la dignidad del hombre que, a veces, con la ayuda humanitaria dada desde arriba, no siente otra cosa que una vez más su dependencia y su humillación por parte de los poderosos o de los “bienhechores”.
Pues bien, esa convocatoria, que durante la semana del 13 al 18 de octubre, ha sido llevada a cabo en unas cincuenta ciudades españolas, impulsada por más de un millar de ONG, ha dado como resultado en Madrid una asistencia de alrededor de 3.000 personas la víspera de otra macro-manifestación.
Pues, como decía arriba, estas convocatorias han coincidido con la que los movimientos pro-vida y otras organizaciones, eclesiales o no, convocaron también el sábado 17 en Madrid.
Curiosamente el objetivo fundamental de esta convocatoria era la protesta contra la ley de aborto que se va a debatir en el Congreso de los Diputados, en cuanto concluya el debate de la Ley de Presupuestos.
Las cifras de asistencia que aportan los más estrictos y rigurosos están alrededor de las 60.000 personas. Los organizadores hablan de dos millones y otros observadores más objetivos 200.000 personas.
De cualquier manera resulta evidente el abismo de la comparación. A mi me gustaría que la gente que ha participado en la manifestación contra el aborto, hubiera apoyado con más énfasis si cabe la convocatoria de la Alianza Española contra la Pobreza, formada por centenares de Organizaciones no gubernamentales; porque es una evidencia que todas esas madres de África –sobretodo de África- NO han abortado y han dado a luz a sus hijos porque les quedaba la esperanza en la humanidad. No estoy en contra de que se defienda el derecho del nasciturus, del feto en proceso de crecimiento en el seno materno, pero los derechos de los hijos e hijas de aquellas madres que han traído al mundo a sus hijos y ahora los ven exánimes en sus brazos y ellas mismas viviendo la desesperación y la impotencia de no poder alimentarlos, eso es de una gravedad tal, que se convierte en una exigencia moral y ética para todos mucho más allá de una defensa general de la vida y el desarrollo.
Ahí dejo esa consideración a la reflexión de quien desee meditar en ello. Estamos constantemente mirándonos el ombligo, debatiendo y discutiendo sobre muchas realidades, cuya importancia nadie va a poner en duda, pero olvidándonos de lo más fundamental. NO vayamos de nuevo a colar el mosquito y tragarnos el camello o a atenernos a los legalismos pero olvidando la misericordia.
Pero de esa ley habrá que decir algo más en su momento.
20 de octubre de 2009.

domingo, 18 de octubre de 2009

Ágora e Hypatia

Aunque según los datos de la historia unos culpan –con mayor o menor fundamento- a Cirilo de la muerte de la filósofa y otros destacan al Obispo como un defensor de la pensadora que además, condenó a la turba violenta –de cristianos- que acabó con su vida, nada roba ese hecho a la validez de la película para reflexionar sobre los males de todas las épocas y sobre la cerrazón con que se convierten en fanáticos energúmenos los seres humanos, cuando les obsesiona la divinidad hasta el punto de creerse no sólo en posesión de la verdad sino en ser los portavoces y jueces que hablan o actúan en nombre de esa divinidad. Cirilo era sin duda un hombre fuertemente apasionado, apologeta y luchador contra el paganismo, y contra determinadas actitudes del sector judío de Alejandría, era un apasionado de la verdad hasta en su lucha con las herejías y en su actitud con otros obispos y patriarcas de la propia Iglesia. Quizás esa pasión contagió cierto aire de dureza a las relaciones entre la diversidad de personas, razas, creencias, pensamientos, etc. que poblaban aquella ciudad cosmopolita
Demasiada violencia en nombre de aquel que dijo “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”. Demasiado atrevimiento si se piensa en aquel que dijo, “no juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados”. Demasiadas piedras para matar en nombre de aquel que dijo “el que esté limpio de pecado que tire la primera piedra”.
Demasiada impiedad y violencia para obrar en nombre de aquel que dijo: Sed misericordiosos como vuestro padre celestial es misericordioso” y cuya oración incluía aquel “perdónanos como nosotros perdonamos”.
Aparte de sus pocos o muchos excesos, lo que sí se pone de manifiesto es el eterno ser humano incontrolable y agresivo, incapaz de soportar la convivencia en la diversidad, incapaz de aceptar la visión religiosa particular de sus semejantes o sus vecinos o incapaz, desde su propia visión religiosa, de entender el laicismo y la ética no fundamentada en la religión sino en el puro humanismo.
Pero siempre pensaré que el peor pecado de los creyentes de cualquier religión, especialmente de las religiones del Libro, es no aceptar humildemente que los otros no tienen por qué seguir su criterio, ni aceptar su punto de vista, por más que esa persona esté persuadida de que “Dios me ha hablado”.
Dios nos ha creado libres y al decir de Cervantes ese es el mayor don que los Cielos han regalado al ser humano. Y después de la libertad, el regalo de la razón, a través de la cual y sólo por medio de ella cualquier ser humano puede acceder a la fe y a una fe siempre razonada y por supuesto razonable.
Como se demuestra en la actualidad, gran parte de la violencia desatada en nuestra mundo está provocada por fanatismo religioso y por posiciones intransigentes. Léase en particular, Afganistán y sus talibanes, léanse los ultraortodoxos judíos, léanse los jihadistas islamitas, léanse los legionarios de Cristo Rey, los ayatolá intransigentes… Y véanse algunos lugares donde la violencia se ha instalado y continúa: Afganistán, Paquistán, Irak, (o circunstancialmente entre la India y Paquistán), la zona de medio oriente en territorio Palestino-Israelí, etc. etc.
Cada mañana nos desayunamos con nuevos atentados perpetrados por personajes imbuidos de una fe absurda y destructiva, destruyendo a sus semejantes para alcanzar la gloria del martirio.
Mal asunto. Temporalmente estamos poco alejados de la Alejandría de la película “Ágora”.
Como ha escrito en una carta a El País Pedro Taracena, (sábado 17 de octubre de 2009) lo que ha logrado Amenábar ha sido “desentrañar los conflictos históricos desatados entre la fe y la razón, la Iglesia y el Estado, la religión y la ciencia, el poder y la política” y son de tal actualidad los asuntos que aborda el film que “los temas son los mismos. La organización de la sociedad con Dios o sin Dios. El creacionismo y la evolución de las especies. La alianza Iglesia-Estado. El maridaje trono-altar. La igualdad del hombre y la mujer. La investigación científica o no tocar las células madre. El conocimiento humano o la tradición religiosa inspirada en una deidad”.
En cualquier caso no viene nunca mal hacer una reflexión tras disfrutar de una película. Siempre tenemos algo que aprender.
18 octubre 2009

Camino

Voy un poco con retraso en esto del cine. Anoche vi y oí la película Camino. He tenido unas sensaciones dolorosas como consecuencia de la cantidad de falacias,, mentiras, tergiversaciones y autoengaños con que una parte notable de los personajes relacionados con la Obra se defienden hipócritamente de las evidencias, y cómo se recurre a una devoción edulcorada y facilona, de sometimiento y sumisión o de aceptación de la tantas veces absurda, llamada con absoluta ligereza, “voluntad de Dios”.
La Cenicienta es la obra que preparan sus compañeros de clase, es la obra en la que sueña Camino; ahí quiere entrar porque allí está aquel de quien ella “natural”, que no sobrenaturalmente, está enamorada. De ese amor sencillo, y cuasi platónico, vive y se sostiene Camino; ese es el verdadero Jesús que la mueve, aceptando a regañadientes los estrechos y fundamentalistas planteamientos de su madre.
Sólo dos personajes mantienen el tipo y la hondura de la dimensión humana en la que todo ha de moverse –sin abandonar los referentes sobrenaturales, vale- pero evitando que la beatería y un falso concepto de Dios, absurdo y alienante, acabe con la verdadera esperanza y con una visión verdaderamente objetiva de la vida y sus tragedias: son José y Camino. José María es el padre de Camino y Don José María es el Padre del Opus, y el Padre -con mayúscula- del cielo queda demasiado lejos, es demasiado sordo para atender las pequeñas cosas, como la cajita de música, las cartas que nunca llegan porque una mujer como la madre obsesionada por no se qué concepto de la pureza o la entrega las intercepta como interceptó las de su hija Nuria, “metida con calzador en la Obra” y sometida a una disciplina hipócrita y absurda, con no pocos matices de servidumbre.
La madre, como los sacerdotes del Opus que intervienen en la historia, son una fábrica de montar disparates teológicos, tan lejanos al espíritu evangélico que da verdadera pena pensar que haya personas que se sienten felices aceptando unos principios de relación con Jesús y con Dios Padre, tan poco cercanos al concepto del “Padre del hijo pródigo”, del “Buen pastor” que va en busca de la oveja perdida, basando, por el contrario, esta relación en una confusa teología del sufrimiento. De esa teología ya me ocupé con ocasión de aquella película de Mel Gibson sobre la pasión de Jesús, concibiendo a Dios más como un sádico y un perverso personaje que nos ama destrozando nuestra esperanza, y cuyos designios los interpretamos en base a nuestra miope visión.
Tendremos que cambiar de Dios, como apunta Casaldáliga, porque en parte este que hemos anunciado y que por desgracia la jerarquía eclesiástica potencia, pienso que parece un ídolo más, alimentado por un entorno y un pensamiento psicópata y destructivo.
Hace tiempo, con motivo de la muerte de un amigo hacía estas reflexiones a la familia:
Morir siempre es un trago doloroso, sólo vale entenderlo como la consecuencia de la fragilidad de nuestra condición humana, como una consecuencia de la desestructuración de nuestro organismo y de nuestro ser por los más inverosímiles motivos. Nunca cabe atribuirlo, ni de lejos, a una decisión divina que nos roba la vida por no se sabe bien qué extraños motivos para gloria suya.
Nuestro Dios, al menos así entiendo yo al Padre de Jesucristo, no puede ser un ser que goza o se gloría en el dolor, el sufrimiento o la muerte. Eso seria más propio de un sádico o un psicópata que de un Dios que ama la vida y que considera la libre donación de la vida el signo más grande y más sagrado que puede hacer un ser humano.
¡Bien, Camino! En el último momento, cuando tus compañeros escenificaban la Cenicienta, tú corrías de vuelta a casa, danzando con tu príncipe, tu compañero Jesús, y te fundiste con él en un abrazo que consagraba tu amor, y luego te esperaba otro abrazo: el de tu padre, ese hombre del bigote, humilde y paciente que te había filmado en tus momentos felices y en los momentos duros, pero también el que te traía guardada la carta de tu amigo, y la caja de música que tu madre, obtusa, había escondido como una frivolidad. Todo ello sin negar la hermosa posibilidad de encontrar al otro lado de la muerte a Aquel que nos ama y que constituye el fundamento de nuestra fe.
De estos dos modelos de entender la vida que nos presenta esta película, ¿qué es lo verdaderamente maravilloso?
17.octubre 2009.

martes, 13 de octubre de 2009

Vocación

Probablemente esta palabra, que ha sido utilizada muy particularmente por la Iglesia, es una palabra que tiene un sentido mucho más universal que la “tendencia a comprometerse con una forma específica de servicio eclesiástico”
Se ha hablado de determinadas profesiones, carreras o trabajos que “implican” una especial vocación, es decir una especial inclinación, amor a la tarea y actitud profunda y convencida de aquello en lo que se trabaja y para lo que se trabaja.

Voy a intentar, no tanto descontextualizar la vocación religiosa cuanto a enmarcarla en un contexto más universal y comprensible.

Vocación es llamada, pero de algo que te llama, que te convoca, que te atrae, que te hipnotiza, o como diría el profeta, algo o alguien que te seduce.

Notables biografías de personas interesantes están marcadas por esta seducción del arte, de las letras, de la entrega incondicional al prójimo, de la música… Y muchas de ellas lo han sido gracias al ejemplo materno-paterno, (médicos, investigadores, músicos…) a un entorno enamorado de la música, la danza, el estudio de la estrellas o en interés por la arqueología, la historia, la escultura.

En fin, no hay vocación más que la que crece y se descubre dentro de la comunidad, sea familiar, laboral, eclesial, artística. No hay vocación si no se ha despertado una luz, si no existe un modelo, si no se ha conmovido el interior gracias a la vivencia generosa, vital y de entrega de aquellos entre quienes crecemos y vivimos.

En la concurrencia de todos estos elementos se produce esa llamada, esa seducción, ese interés y ese entusiasmo. No hay una palabrita al oído de las musas, ni de los artistas, ni del Niño Jesús. Existe, sin más, un espacio en el que es posible que crezcan las flores, porque está sobradamente abonado, está cuidado, está regado, y se han sembrado ya entre el misterio y la palabra un montón de inquietudes que pueden dar como fruto muchas clases de flores.

Los referentes personales no son lo menos importante en el misterio o la aparición de una determinada vocación. Es más, es muy raro que no estén más o menos conscientemente esos arquetipos sobre los que ha recaído la mirada del llamado y que ante ellos se ha sentido sorprendido, y de alguna manera enamorado.

La sobrenaturalidad de la vocación se sobreentiende como una proyección necesaria desde la perspectiva religiosa o cristiana, pero como he dicho anteriormente no hay una palabrita al oído, sino una especie de clamor interior que se ha ido construyendo con la unión, el amor, la generosidad, el entusiasmo o la ternura en el trato.

Y tampoco se entiende sin la presencia de personas concretas, que sí constituyen un aldabón en cada alma llamada, porque si sentimos emociones, es a través de las palabras las caricias, la ternura y el afecto de quines nos rodean…. Y la experiencia de Dios no es ajena a estas experiencias humanas, sino su sublimación y su elevación a lo más alto.
Septiembre 2009.

La apisonadora israelí

¿Qué se estará gestando en la cabeza de Netanjahu? .
Hace poco, Slavoj Zizek, filósofo esloveno y articulista y analista internacional se preguntaba por la situación palestino israelí: ¿Qué hace Israel cuando parece que no está haciendo nada? Literalmente: ¿qué sucede en Oriente Próximo cuando no ocurre nada en el plano directamente político-militar, es decir, cuando no hay tensiones, ataques ni negociaciones? Su respuesta era: “Lo que sucede es la labor lenta pero constante, de arrebatar la tierra a los palestinos de Cisjordania: el estrangulamiento gradual de la economía palestina, el desplazamiento de sus tierras, la construcción de nuevos asentamientos, las presiones a los campesinos palestinos….” En fin, planificar como acabar con Palestina.
Así que cuando hace días Netanjahu presentaba una posibilidad de detener los asentamientos en territorio palestino, durante nueve meses, no estaba hablando de una marcha atrás y de un cambio de plan sino de una breve moratoria que permita seguir “planificando” la desaparición progresiva del pueblo palestino. La verdad ya no me creo nada de estos gigantes con aire de víctimas del holocausto, llevando implacablemente a cabo un lento holocausto, manteniendo en Palestina, Cisjordania y Gaza los únicos campos de concentración en los que poco a poco se van diluyendo las aspiraciones legítimas de un pueblo que ocupaba aquel territorio, y cuyos principios establecidos para la colonización nunca han sido respetados por Israel ambicioso de poseer la tierra que su Dios le prometió, por encima de la presencia de cananeos, jebuseos, filisteos o palestinos, Nunca hubo compasión como se ha puesto de manifiesto a lo largo de la historia bíblica y nunca ha habido compasión con los palestinos como lo demuestran estos años de confrontación tan irregular y tan prepotente por parte de Israel. El regalo navideño con que mostraron al mundo su salvaje intolerancia y su incapacidad para el diálogo en el que hay que ceder si se trata de una negociación, puso de manifiesto la decisiva actitud judía de no compartir espacios, de no reconocer un estado palestino, sino subordinado a sus intereses espurios, de no retirar los asentamientos de cuantos espacios ilegítimos han sido usurpados. Ahora como ya están ahí los hechos consumados, se pretende atender a los colonos, con servicios adecuados, como colegios, centros cívicos, etc. de manera que se consolide el statu quo. Pero, ¿para cuándo la verdadera libertad de los Palestinos? ¿Para cuándo la destrucción de ese muro divisor que no es una frontera aceptada, sino un obstáculo interpuesto para impedir intercambios, para cerrar las puertas al trabajo y hasta al trabajo en las propias fincas palestinas que han quedado a merced de los israelitas tras los muros de la vergüenza?Y no se me escapa la terrible dimensión religiosa que por otra parte entra en juego en esta situación. La violencia, que no la misericordia, la compasión o la justicia es lo que se hace valer. La fuerza y no la razón, la acción destructiva de las armas y no la negociación basada en el diálogo valiente atrevido y dispuesto a no enquistarse en posiciones religiosas. Qué maldito dios se ha intercalado entre estos dos pueblos, para que sea imposible la reconciliación, y para que no se tenga el valor de reconocer al más débil. No hay más que una falsificación de Dios (Yahvé y Alá) que se esconden tras los intereses obsesivos de los humanos. Pero como he dicho y diré siempre, si el corazón de Yahvé no está por los palestinos, volveré el rostro a ese dios agresivo y violento y me pondré no de parte de Alá al que también invocan los violentos. No, me pondré al lado de los palestinos, simplemente y sobretodo de las víctimas de este nuevo holocausto

martes, 25 de agosto de 2009

Resurrección

Yo creo que la resurrección no es otra cosa que ese impulso que arrastra y que provoca el cambio profundo en la vida.
No hay experiencia resurreccional si no hay vitalidad, optimismo, lucha, compromiso, alegría en las tareas, amor en las relaciones.
No se puede contagiar la resurrección sino cuando las vidas iluminan oscuridades, sanan heridas, consuelan la tristeza, entusiasman a los desalentados. No es posible trasmitir esa fe en la resurrección si no existe fe en el hombre, a pesar de todo, si no creemos que las bienaventuranzas son una verdadera fuente de alegría optimismo y felicidad.
No creo en la resurrección de las meras palabras, sino cuando la vida sintoniza con la vida, cuando la tiniebla ha desaparecido, cuando se han roto de verdad las barreras que separan de vida de la muerte: toda muerte. Cuando, perdida una batalla, uno se pertrecha de nuevo para enfrentarse a otra, sabiendo que esta guerra está ganada, pero que hay que sudarla sin miedo
Cuando la justicia triunfa, por encima del interés, cuando alguien aprieta su mano sobre la mano del que se siente solo, cuando se pierde el miedo a la libertad y uno se lanza a vivir de veras, sabiéndose salvado; cuando la ética con la que intentas vivir es una ética que no persigue la estética ni la perfección sino la honestidad de las acciones y que esas acciones pongan de manifiesto la esperanza y el optimismo frente a una realidad de la que cabe esperar nada...
Entonces la vida es Vida. Cuando se ha quemado toda la leña y ante las cenizas aguardas a que arranque el vuelo del ave fénix; cuando es del estiércol podrido y fermentado de donde esperas ver crecer las más bellas rosas. Cuando la modesta fuerza de tu voz la agiganta y la multiplica el Eco …
Cuando a través de la lluvia del atardecer la luz blanca del sol dibuja el arco iris y lo pinta de sus siete colores.
Cuando de la leña seca del tronco viejo y muerto ves como el fuego llena de luz la noche y abriga con la llama la helada escarcha de la madrugada…
Cuando del grano que se pudre bajo tierra se tapizan los campos con el verde esperanza y luego el sol los madura con su calor amigo, hasta hacerlos dorados y listos para la blanca harina, para la masa fermentada y el pan caliente y horneado…
Todo es uno. La Vida rebrota de la muerte.
Marzo 2008.

La lectura

Tengo que reconocer que este escrito no va a ser sino una glosa más o menos amplia del publicado por Luis García Montero en “Cuarta página” de El País de 16 de agosto de 2009. Con el título Teoría impertinente de la lectura habla de la lectura como un ejercicio complejo, de entrega absorbente, de apertura a la fascinación del descubrimiento progresivo de realidades desconocidas que se abren ante los ojos y van proyectando esa película lenta y pausada de descripciones, de entornos misteriosos, de personajes llenos de pasión y humanidad, de tiempos pasados o futuros retratando la realidad o proyectando la fantasía.
La lectura no es sino una ventana abierta al pasado histórico, al presente realista, al futuro imaginario; un altavoz del pensamiento de sus autores que siembran pausadamente una visión de la vida y un concepto del quehacer humano. La lectura es una escuela de aprendizajes múltiples, donde aprendemos a salir de nuestro propio yo y a veces de nuestro pobre pensamiento para enriquecer nuestra mente estrecha o pueblerina con otras luces, con otras ideas, otros colores…. ¿A qué se parecen las operaciones de leer y escribir? –se pregunta Luis García Montero- A ponerse en el lugar del otro, responde. Es decir leer es un ejercicio de empatía, de hacerse permeable a la cultura y la visión de otros que acaban enriqueciéndonos.
También yo escribí en mi libro Pobres Palabras: “Me siento en deuda con una pléyade de hombres y mujeres que pensaron y escribieron antes que yo, que vivieron y amaron antes que yo, que hablaron antes que yo, que dejaron su huella en caminos que hollaron antes que yo y que yo encontré abiertos en mis dudas” (página 119).
Es evidente que el progreso se debe a la posibilidad de recoger lo sembrado por generaciones anteriores que “explotaron” los recursos heredados de los antepasados. Por eso leer es un compromiso de reconversión, de aprendizaje de dejarse iluminar por fuegos encendidos por otras mentes apasionadas y vivas. Por eso –dice Luis en su artículo- me parece decisiva la operación de leer como metáfora de una reivindicación decente de la modernidad. Y cita a continuación unas palabras de Edward W. Said, de su libro Humanismo y crítica democrática (Debate 2008):
“La realidad de la lectura es, ante todo, un acto de emancipación e ilustración humana, quizás modesto, pero que transforma y realiza nuestro conocimiento en aras de algo diferente del reduccionismo, el cinismo o el estéril mantenerse al margen”.
Si la lectura no es más que un método de “aprendizaje” de conceptos o conocimientos y no la consciente acción devoradora de pensamiento y de capacitación crítica para abrir nuestras mentes a horizontes más amplios y descubrir las artimañas con que se nos vende cualquier falsificación o cualquier mentira, consigna o ideología, entonces no es la auténtica lectura.
Bea Carmona en su última reseña de El país de la últimas cosas, en El colonial de Julio-agosto, tras declarar que la novela plantea tantas interrogantes acerca del ser humano, la identidad, el individuo y la sociedad, la crueldad, el todo y la nada, el valor de las cosas lo real y lo irreal, la memoria, la palabra, el lenguaje y la comunicación… expresa un deseo: ¡ojalá decidan sumergirse! Leer siempre será un chapuzón refrescante o una inmersión en la profundidad desconocida.
No me resisto a rematar este escrito con una nueva cita, que por cierto aparece en el frontispicio de mi libro Pobres palabras. Recogida de Javier Cercas:
“Leer por diversión está muy bien, leer por entretenimiento esta muy bien, leer para no ser un cretino está muy bien. Pero la única forma de leer es leer como quien reza, como quien llora, como quien pelea por su pellejo en cada frase, en cada adjetivo y en cada coma”. (EPS nº 1659, página 10).
21 de agosto de 2009

Et habitavit in nobis

Es difícil escapar a la tentación de hacer Cristología, pensamiento razonable, para deshacer las incógnitas, romper con las incoherencias, evitar el pietismo de los superlativos y dejar pintado el retrato justo del Jesús que yo veo.
Cada vez lo objetivo menos, lo miro fuera de mí o le hablo como a un segundo interlocutor.
Creo que he dejado de orarle y adorarle para sólo sentirlo, (de algún modo y lleno de modestia, porque sólo es una metáfora) como una “segunda naturaleza” que está en lucha por ser sólo una.

Jesús, el Cristo:
Estás ahí y aquí.-
Como en mí
Y como imagen de ti
En el otro y los otros.

Yo ya no te oro,
Siempre parece invadirme tu ser,
Tu imagen, tu fuerza, tu palabra
Para descubrir mi pobreza;
Para amplificar con tus dimensiones
La modesta dimensión
De mis pequeños pasos.

Es una irrupción
Una invasión de Ti
Que moldea mi mirada
Y resquebraja
Las fronteras de mi corazón,
(encerrado tantas veces
en querer gozarte,
en poseerte, dominarte,
tenerte, conocerte, sentirte
y alcanzar certezas definitivas)
Te siento como vida en mi vivir diario.
Te siento camino
Cuando proyecto actos.
Te siento en mis dudas
Como verdad imprecisa.
Y También como luz
Que alumbra pensamientos.
Siento que trabajas en mí
Que transfiguras en fuego
El leve fósforo
Que enciendo con apuros.
Que tu Viento y tu Ruaj,
Tu Dínamis, tu Fuerza
Me impulsan (sin a veces saberlo)
A vivir de otro modo,
A lanzarme sin miedo,
A decir tu palabra
O a cantar como Francisco,
El Buenagente
A todas las criaturas
Un canto al menos
O un compás de espera…
Y esperanza.

Sé que no me gusta
esa imagen meliflua
del corazón Sagrado;
pero sé que es tu Corazón
el que vibra en la ternura,
en el perdón,
en la bondad sencilla,
en la misericordia,
en la comprensión
y la solidaridad
que brota en mí
sin forzar mi propio corazón.

No sé expresarlo sino así,
Con mis pobres palabras,
Con mis versos simplones;
Y decirlo como una emanación
Del Logos, el Verbo, la Palabra
Y el Proyecto que me habita
Porque seguramente,
En un descuido,
Encontró abiertas mis puertas y ventanas
Y ha venido a hacer aquí,
Sin yo saberlo ni cobrarle pensión
Su modesta morada.
Et habitavit in nobis.

No sé desde cuándo está ahí,
No sé si a veces,
Deja sola mi casa
Y entonces vuelvo a preguntarme
Por su ausencia.

Ya sé –sin serle fiel-
Que se ha convertido
En mi Roca, mi Baluarte,
Mi firme muralla,
Mi cimiento;
que está tan en mí como yo mismo
…Y no le veo, no lo encuentro;
pero ¿qué otro guía sino él
orienta mi camino?
¿Qué referente y qué horizonte
me impulsa a dar los pasos?
¿Qué modelo, qué arquitecto
y qué escultor me habita
que trata de modelar en mí su imagen?

Y siento que todo esto es tan real
Como vivido en esperanza;
Porque ya es
Y todavía no está
Definitivo.

Y a veces
En la imprecisa noche
En que ni siquiera alumbran las estrellas
te grito como Juan:
¿Adónde te escondiste Amado
y me dejaste con gemido?
Salí tras ti clamando
Y eras ido.
Aun así,
siento que no me quedo
En esa soledad sonora,
Porque escucho dentro,
Casi imperceptible
Y dolorosamente
La música suave
de tu escondida voz
y tu oculta presencia.

Anotado en los Ejercicios espirituales de San Calixto de septiembre de 2008

Eugenesia, eutanasia: entre el extremismo y el equilibrio

Siempre he defendido, como hace los sabios del antiguo testamento, e incluso cualquier persona con sentido común, que en el medio está la virtud (in medio virtus. No dudo, repito, no dudo de que tanto la eugenesia y la eutanasia –legalizadas, permitidas o autorizadas- pueden acabar siendo un arma peligrosa. En el primer caso podemos acabar teniendo Un mundo feliz como el de Huxley en que los seres humanos serán seleccionados en sus embriones, gracias a técnicas que permitan contar con aquella clase de humanos que la sociedad, el poder, la autoridad o las empresas necesitan para que no se produzcan alteraciones sociales y todo funcione sin conflictos ni tensiones. Así el trabajador será un magnífico y hábil esclavo cuyos genes se ha seleccionado para evitar los repuntes de indignación o la reclamación de sus derechos; será un ser sumiso, absolutamente preparado para la función social predestinada. La libertad será una cosa parecida a la que hoy padecemos, perfectamente controlada por los medios y por los artífices de la publicidad y el mercado.
Esa versión de la eugenesia es absolutamente perversa y es una degeneración de planteamientos humanitarios, altruistas, expresión de generosidad y preocupación por el bien y la salud de los humanos.
En el caso de la eutanasia, en la que caben muchos grados y actuaciones para atender a una “buena muerte” o a una “muerte digna”, existe igualmente el peligro de que se convierta en un proceso perverso para deshacernos como sociedad de todo tipo de gente que pueda chocar con los intereses –de nuevo- de la sociedad, el poder, la autoridad o las empresas; pues con la eutanasia podría acabarse con todos los problemas de dependencia, in o dis-capacidad, potencial productivo o no de unos determinados individuos o personas que pueden ser eliminados en virtud de algún tipo de teoría fantasma, como lo fue el sacrificio (no precisamente eutanásico) de judíos, semitas, gitanos etc. por parte del poder nazi en Alemania en el ecuador del pasado siglo.
Entiendo pues que la jerarquía eclesiástica, esté pendiente de estos acontecimientos y advierta de estos gravísimos peligros, entiendo también que le preocupe la no conservación de los embriones que no se hayan sometido al proceso de implantación y que de una u otra forma puedan ser destruidos como vida potencial, pero invitaría a que –sin dejar de alertar sobre este problema si así lo desea, que escuche muchas otras voces de la propia Iglesia que le advierte que hay muchos millones de vida nacidas, en un peligro real de muerte, por inanición, por hambre, por falta de recursos sanitarios de primer orden, o como consecuencia de nuestro mirar a otro lado, pendientes más de llegar al templo que de atender a “ese hombre que yace al borde del camino de Jericó a Jerusalén, al que por cierto se dedican muchos seres humanos de a pie, muchos samaritanos que dejan que se le conmuevan las entrañas por el dolor y las heridas de quienes han quedado del otro lado de la frontera del bienestar. La coherencia del amor con los que ya han llegado al mundo y deben conservar su vida y su dignidad, antes de echar toda la carne en el asador por los embriones. Al menos por aquellos que están sirviendo para erradicar dolor y sufrimiento al ser humano.
Otro tanto habría que decir sobre la muerte digna. Evitar el dolor y, aunque sea cierto que todo sufrimiento puede despertar en el ser humano nuevas perspectivas y descubrir otros valores en su vida, dejar de considerar el dolor humano como un valor en sí mismo. Ese error proviene de una concepción redentora de la muerte en la cruz, que se basa en el sufrimiento y no en la disponibilidad, la entrega, el amor que asume la muerte como un don de la vida, no como una disciplina de penitente cargada de masoquismo y maniqueísmo anticristiano.
Octubre 2008

Capítulo apócrifo de El Principito

El Principito recordaba de su anterior viaje al planeta Tierra que todos los caminos conducen a las moradas de los hombres, y siguió tranquilamente un sendero.
El sendero estaba bordeado por árboles y abundaban los arbustos; no lejos de allí se oía la música del agua de un arroyo.
Es verdaderamente bello este paisaje, -dijo para sí el principito,- y continuó su camino.
Pero el sendero quedó cortado de pronto, por un inmenso rollo de alambre de espino, imposible de cruzar. Había sido anclado al suelo mediante estacas.. Intentó tocarlo, pero se hizo daño con sus púas, (y recordó a su rosa).
En silencio se preguntó qué podía significar aquello, y comenzó a rodear la extraña valla de alambre. De pronto alguien gritó:
-jAlto!
El Principito se detuvo y observó cómo se acercaba un hombre tocado con un casco de acero, empuñando un arma enorme y con un vestido parcheado de colores verdes y marrones.
-¡Buenos días! -dijo el principito, que jamás hablaba sin antes pronunciar este saludo.
-¡Buenos días! -respondió el soldado-, ¿Qué buscas aquí ?
.Busco amigos,- respondió nuestro hombrecito que no sintió miedo en ningún momento - pero el camino se ha cortado y por eso rodeo la alambrada... ¿Qué significan esas espinas? (Y recordó de nuevo a su rosa)
-Es un campo de minas -dijo el soldado -, y por eso está protegido.
-¿Minas ?.. ¿Sacan oro?
-No son esa clase de minas, -aclaró el soldado. ¿No eres de aquí?
-¿Qué minas son? , -insistió el principito nada contento con que le respondieran con otra pregunta- y ¿por qué está protegido el campo?
-Son peligrosas, -respondió un tanto impaciente el soldado -.Muchos niños y niñas han quedado mutilados por ellas y andan cojos, mancos o deformes.
-Pero ¿qué son esas minas?, ¿Qué hacen ahí si son peligrosas i.
-Son como juguetes explosivos. Si los pisas o los tocas, estallan y hacen mucho daño. Las pusieron ahí para la guerra.
-¿Es que estáis en guerra?, (su cara se entristeció).
-No. La guerra acabó, pero ahora muchos campos están llenos de esas minas y nadie se atreve a cultivarlos...
-Yo vi, en otra ocasión una tierra cultivada de rosas. ¿No se pueden plantar rosas?
-No. Ni rosas, ni trigo, ni maíz, ni soja, ni arroz. Esos campos están inutilizados mientras mucha gente pasa hambre..
El soldado parecía indignado cuando decía estas palabras al principito, y comenzó a mirar con ternura a aquel extraño hombrecillo..
-Entonces, .insistió el principito -¿para qué pusieron esos artefactos tan peligrosos?
-Había que evitar que pasara el enemigo.
El Principito calló un rato, mientras pensaba: "Estos hombres deben estar locos. Se matan con las armas en la guerra y se condenan al hambre en los tiempos de paz".
Miró a su alrededor y dijo para sí: "Verdaderamente la Tierra es bella, pero los seres humanos que la habitan no están bien de la cabeza y bastante peor del corazón". Luego dijo:
.jAdiós !
Y siguió rodeando en silencio la alambrada de espinos.
Una lágrima escapó de sus ojos cuando vio acercarse desde lejos a un niño que caminaba con muletas.
Cuando el niño llegó hasta el principito, este pequeño y extraño hombrecillo, venido del espacio, lloraba amargamente.

Los piratas del SGAE

Y digo yo ¿no hay otra manera de regular los derechos de autor, los derechos de las patentes registradas...?
Ayer le preguntaba yo a un amigo electricista. ¿Cuántas veces cobras los trabajos de montaje eléctrico que llevas a cabo en una vivienda? Naturalmente …¡Una sola vez!.
Es evidente que cuando un escultor realiza una pieza escultórica especial le pone precio a su trabajo y lo cobra, una sola vez también. Es lo lógico.
Tampoco voy a ser tan negativo que no entienda que quien escribe por ejemplo una novela y le vende la exclusiva a una editorial, es ésta última la que se queda con los derechos de copia o reproducción. Aunque no siempre. El autor conserva su derecho de propiedad sobre su obra. Y me parece muy lógico que si alguien la reproduce en imprenta con fines especulativos o comerciales el autor tenga unos derechos sobre esa edición.
Pero ¿hasta cuándo?
Lo que resulta esperpéntico es lo que estamos escuchando y leyendo en la prensa sobre algunas actuaciones de estos señores que parecen más cazadores y piratas que administradores y protectores de los derechos de los autores o editores.
No me explico por qué todos los espectáculos que se promueven en las fiestas de los pueblos tengan que pagar una tasa genérica a la SGAE (entre un siete y un diez por ciento de la base imponible de la factura del espectáculo): música, canciones. Representaciones teatrales.
Estos del SAGAE se han tomado unos aires al socaire del proteccionismo recibido por el gobierno socialista que no hay quien los pare. Desde los cánones impuestos a todos los aparatos o materiales susceptibles de copiar o reproducir datos, música, películas, etc. hasta gravar con tasas absurdas y elevadísimas cualquier tipo de actuación. ¡Ea, a la mierda la cultura! Aquí lo que importa es el dinero.
Recuerdo incluso que el Instituto Nacional de Libro, encargado de la adjudicación de los números del ISBN, ya no le importan los libros publicados, sino exclusivamente los libros que van a ser comercializados y consecuentemente que van a dar un beneficio pecuniario a sus editores. La publicaciones culturales de Diputaciones, Obras culturales, Asociaciones, Instituciones sin ánimo de lucro ya no necesitan el ISBN. Sólo cuenta el asunto crematístico; porque además, hay una sociedad especializada en posibilitarte el necesario “código de barras” para todo lo que se vende, así que ya tenemos otra sociedad viviendo de la burocracia infinita en que estamos inmersos.
Además estos señores (de la SGAE) parecen estar encumbrados en la posesión de los poderes inquisitoriales, de manera que van por ahí más que como agentes comerciales que eso es lo que podrían ser en cualquier caso, como agentes policiales, detectives o agentes judiciales, actuando con verdadera arbitrariedad. ¿Quién habrá aprobado esta ley tan protectora de los protegidos?Búsquese una justa compensación a la propiedad intelectual de quienes editan música, cine, vídeos o cualquier otro objeto cultural; persígase a los que puedan aprovecharse comercialmente de copias de tales obras, pero déjese un camino expedito, abierto y generoso a la cultura y a sus manifestaciones. ¿Habrá cosa más aberrante que la tasa que pretenden imponer estos piratas de la SGAE por la lectura de los libros de las bibliotecas públicas? Ya falta sólo que en la página de créditos del libro pongan una nota: Prohibido prestar este libro a alguien sin liquidar la tasa en la oficina más cercana de la SGAE o sin el expreso permiso de su autor” El mercantilismo se ha apoderado tan fuertemente de nuestro espectro social que no se puede ya mirar nada sino bajo el prisma del beneficio y el aspecto recaudador. Lo dicho cada día más piratas

Centenario de Mariano José de Larra. 1809-2009

En 1837 Lara se suicidó de un pistoletazo ¿Qué sucedería si levantara la cabeza? ¿Tienen sentido sus sátiras hoy? ¿Qué tipo de molestos fantasmas interrumpirían ahora sus paseos de poeta?.Esas preguntas se hacen autores contemporáneos como el cordobés Joaquín Pérez Azaústre, Ángela Vallvey, Eduardo Vilas y otros en un libro recién aparecido con el título Artículos de Larra.
Por su parte el Catedrático de Literatura de la Universidad de Barcelona, Lluis Izquierdo, poeta también él, ha escrito recientemente un artículo de opinión en El País con el título Amigo Larra, del que paso a citar unos breves fragmentos: “Amigo Larra, no llego a entender las razones de su suicidio, a no ser que las pasiones alteraran su razón” […] “Cuando la capacidad crítica es, como en su caso, un don de inteligencia y perspicuidad interrogadora tan pertinente, es una pena que nos abandonara en plena juventud”.
Este artículo, a modo de carta, es el texto que me sirve de pretexto, ya que contra nuestra costumbre, en el número de El Colonial extraordinario de verano no hemos reseñado ningún centenario de autor, artista, investigador etc.
Recuerdo de mis tiempos de profesor, que llegar a Larra en el libro de texto era darse de bruces con aquel “Vuelva usted mañana”, consagrado como artículo ejemplar de este autor. Se retrata allí la eterna España de pandereta con una burocracia torpe y enredosa, comodona y pertinazmente ineficiente. Recordaba entonces que cuando veíamos en Bachillerato al autor astigitano Luis Vélez de Guevara, repasar su obra, “El diablo cojuelo”, era revivir también una Corte de vividores y vagos, y una Sevilla enredada en la picaresca, pero dos siglos antes que el propio Larra. Lo que justifica la perpetuación hasta este mismo siglo XXI de la idiosincrasia de nuestras instituciones y nuestro pueblo.
El Vuelva usted mañana retrataba la burocracia de la ventanilla, la infinita gestión de papeles sin cuento, las firmas, visados, sellos, inacabables documentos que acompañan la solución (o no) de una gestión prolija.
Hoy tenemos o sufrimos, (a pesar de los sueños que había despertado la informática) más y más papeles, más y más informes: de impacto ambiental, de impacto visual, de la confederación hidrográfica correspondiente, de carreteras, de obras públicas, de la Diputación, del SEPRONA, de minas, de arquitectura, de urbanismo, etc. etc. Y los días infinitos se deshilachan mientras llega la última decisión, la orden judicial o el certificado de idoneidad, el Visto bueno de cualquier Administración ineficiente…
En fin que ya sólo los títulos de algunos de los artículos de Larra dejan entrever hacia donde se dirige o hacia donde va a desarrollarse su finísima crítica: “Los tres no son más que dos y el que no es nada, vale por tres”. ¿Era ya un conato de la teoría de El Principio de Peter? O aquel otro “El mundo todo es máscaras” que deja traslucir el carnaval de la sociedad de entonces no tan distinta de la de ahora.
En fin Nada nuevo bajo el sol que dijo el Qohelet. Si no, que le cuenten a uno que yo me sé el cuento de la lechera, perdón, el de la vaqueriza.

martes, 23 de junio de 2009

Presencia real

Los debates librados entre los teólogos sobre la manera de entender la Eucaristía, el gesto “en memoria de Jesús” que Él mismo dejó a sus amigos, dejaron muchos ríos de tinta y algunos de sangre.
No va mi reflexión sobre los temas teológicos como tales. Pueden entenderse como se quieran esas palabras de “hoc est corpus meum” (éste es mi cuerpo) y el “hic est calix sanguinis mei”(ésta es la copa de mi sangre)
Está claro que fue una manera con la que Jesús quiso perpetuar la memoria de su entrega total (que se entrega por vosotros) y recopilar en un memorial todo lo que significaba su vida, aquella noche de la cena y lo que estaba a punto de suceder y que él ya preveía.
En aquella cena precisamente hubo muchos elementos que revisten no menos importancia, como tales gestos de Jesús… Pues ¿qué significaba aquel lavar los pies a sus discípulos con el preámbulo o la discusión que mantuvo con Pedro? De la realización de este gesto (¿humillante?) dependía según dijo Jesús a Pedro, el tener o no parte con él.
Luego, rompiendo con la multiplicidad de normas que los judíos tenían para justificarse ante Dios, les propuso un mandamiento muy simple (no un consejo, sino un mandamiento) “Amaos unos a otros como yo os he amado”, haciendo recaer en este detalle que es por ese motivo por el que serían reconocidos por discípulos suyos. (en esto conocerán que sois mis discípulos).
El paganismo y el judaísmo implícito enraizado en la iglesia desde que Constantino cerró el período de persecuciones y adoptó para el imperio la “religión” cristiana, vino a revestir con los habituales ropajes del imperio toda la vida cristiana sencilla. Y consecuentemente la sencillez del culto de los cristianos se revistió de una grandeza que le sobraba, que le estaba de más. Las vestimentas palaciegas y el lujo de ciertos ritos paganos pasó también a las comunidades que acabaron disfrazando la simplicidad del maestro, los gestos más humildes del maestro, y cargando de oro y piedras preciosas lo que hasta ahora habían sido platos y copas domésticas para la celebración de la Eucaristía.
Estoy oyendo los cohetes. Hay que hacer ruido para llamar la atención. Se han hecho cientos o miles de banderitas para festejar la “presencia de Jesús en nuestras calles” pero ojo, cuidado con exaltar entre el oro la simpleza del pan escogido por Jesús para compartirlo entre los discípulos; ojo, cuidado con levantar al que se arrodilló a los pies de los suyos, cuidado con confundir al dios que tenemos en la cabeza con el Dios de nuestro Señor Jesucristo.
El se bajó para ponerse al lado de los más pobres, los más humildes y perdidos. Y tan real debe ser su presencia cuando afirmó: “Donde estén dos o tres reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos” o cuando dijo”lo que hacéis a cualquiera de mis hermanos más pequeños a mí me lo hacéis”, como la que se expresa en la eucaristía mediante el pan, (no mediante la custodia) porque el brillo del oro y la plata apaga la humilde modestia del pan. Ojo que él camina a nuestro lado cuando vamos junto a un inmigrante, o junto a un amigo. Nos cruzamos con él cuando vamos saludando a los demás por la calle. Y sobre todo, él tiene un templo carente de lujos en el interior del corazón de los seres humanos… Y no confundamos el traje, que el vestido no es más que una cobertura artificial de lo que cada uno es.
Él nació desnudo y murió desnudo, y entre estas dos desnudeces nos jugamos la autenticidad de su mensaje.
Todo se nos vuelve montar celebraciones cada vez más barrocas, sofisticadas y lujosas para poner más cerca al que “se despojó de su rango y no tuvo empeño en ser igual a Dios, sino que se revistió de la condición humana, haciéndose como uno de tantos”.
Reivindico el Humanismo de Dios como razón y ser de nuestra fe cristiana

Muerte en la India

Un gran humanista. Así se ha definido por alguien estos días la persona y la figura de Vicente Ferrer.
Insistiré en mis manías sobre el cristianismo y en mi concepción espiritual de las relaciones del ser humano con la Trascendencia. Mientras los humanos no pasaron del mito al logos y del logos al ágape, no era posible entender una relación con Dios que no estuviera marcada por ritos, altares y sacrificios; que no existiera un dios arriba, exigente y vengativo; que no existiera un sacerdote abajo, sagrado intermediario y único capaz de entrar en contacto con el misterio; y que no existiera una víctima (humana o no) que se sacrificaba, quemada totalmente para el dios (holocausto) u ofrecida al dios y compartida por los partícipes (sacrificio de comunión).
Pero lo verdaderamente importante del sacerdocio cristiano, y que viene dibujado magistralmente por la pluma del autor de la carta a los Hebreos, es que Cristo se configura como sacerdote o si se quiere como sumo sacerdote por el hecho de haber ofrecido no una víctima distinta de sí mismo a Dios, sino de haber entendido que Dios no se complace en sacrificios ni holocaustos, hasta el punto de que lo único que tiene sentido es la ofrenda de la propia vida gastada y ofrecida por la vida de los otros, por la vida de los demás.
Cuando veo en las imágenes y las fotos ese rostro y esa mirada de Ferrer compasiva y horizontal, dándolo todo por los semejantes y dejando su cuerpo en el mismo lugar en que se consumió su vida, me parece que no hay un mejor simbolismo del sacerdocio cristiano que ese dejar la vida para dar vida (sacrificarse), al margen de que hubiera tenido que abandonar “el sacerdocio jerárquico”. Porque lo único verdaderamente sagrado es ese ser humano desgarrado y pobre, necesitado y generoso que hemos visto en la India, recobrando su dignidad y valorando, sin necesidad de adoctrinamiento, que un seguidor de Jesús no puede acabar más que como su maestro: convertido en sacerdote que ofrece lo que tiene, su propia vida y su propia existencia para alimentar así la Vida en los otros.. . Pues no otra cosa es la salvación: coger el Agua sagrada de la vida y abrirle cauces hasta que calme la sed de quienes caminan por el desierto. Nuestros ceremoniales pueden estar llenos de encanto y liturgia, de ornamentación y oro, pero la verdadera acción de gracias es poder gozar con alguien de la donación incondicional de la vida.
Francisco López de Ahumada