miércoles, 30 de octubre de 2013

2 de noviembre. Flores para los difuntos

Hoy es un día de sol, de luz, de flores de recuerdos, de glorificación de la muerte, de exaltación de la mayor limitación y pobreza humana. En medio de esta resonancia festiva de los muertos, vamos a hacer un gesto, silencioso, solidario, para que lo inmediato de nuestros propios muertos, no nos deje olvidar los muertos de otros, los muertos olvidados. Que no nos deje olvidar el dolor de otras familias lejanas, perdidas, que nunca saldrán en los telediarios o las revistas. De manera particular vamos a hacer presentes a los muertos que mueren por nuestros olvidos, por la estupidez humana, porque, en parte, nosotros nos hemos cruzado de brazos. No queremos olvidarnos de los muertos sin entierro, sin lápidas, sin honor, de los que mueren a causa del fanatismo o de la locura de otros. Nuestra celebración es un recuerdo para los muertos de todos. Nuestra celebración es un aliento para una vida consciente y de donación, una vida para desvivirse, y no dejarse morir tontamente sin luchar por la vida, procurando no perderla, sino entregarla completamente. Ofrenda de flores : Una flor por las víctimas de la violencia doméstica. Una flor por los 35.000 niños que mueren a diario, víctimas del hambre y de nuestro olvido Una flor por las víctimas del SIDA, por los enfermos terminales del centro Eimakaie, tan cercano a nosotros. Una flor por las víctimas de todos los terrorismos y fanatismos, en particular por las víctima de la inevitable inmigración, tragadas por el Mediterráneo junto a Lampedusa Una flor por los palestinos muertos a manos del fanatismo israelí Una flor por los Israelitas muertos a manos de los suicidas fanáticos palestinos. Una flor por los niños y niñas víctimas de las minas antipersonas. Una flor por los que han muerto sin haber vivido. Una flor por las niñas desfloradas para la prostitución. Una flor por las 200.000 víctimas de Hirosima y Nagasaky Una flor por todos los que han muerto víctimas de su compromiso con los pobres. Una flor por los que buscando el paraíso han encontrado la muerte a bordo de una patera en el Estrecho. Una flor por aquellos que, no sabemos por qué, prefirieron huir voluntariamente de la vida. Una flor por las víctimas de los accidentes de trabajo, víctimas al mismo tiempo del egoísmo que los instala en la inseguridad. Una flor por los 29 niños fallecidos bajo la escuela en el terremoto de San Giuliano. Una flor por los mineros atrapados por el grisú a setecientos metros baja la tierra Una flor por todos los muertos olvidados. Una flor finalmente para dar fuerza a los que hoy sienten reciente la ausencia, y están sumidos en el dolor y la tristeza. Al final, flores también para los vivos. Una flor para quienes entregan a diario su vida a la causa del ser humano. Una flor para aquellos o aquellas que nunca reciben un detalle de amor.. Una flor para todos los niños y niñas necesitados de afecto y cariño. Una flor para aquellos que hoy luchan por escapar de la droga, del alcohol, del fanatismo, de la marginación, (que son formas de muerte) intentando recuperar su dignidad como personas. Y dichosos los que lloran, porque todavía mantienen el corazón sensible al sufrimiento de los otros

sábado, 26 de octubre de 2013

Tres superhombres cargados de limitaciones

He de aclarar que estas palabra se enmarcan en la presentación del libro “Guardianes de lo humano”, que se celebró en Fuente Palmera el 24 de octubre pasado. En él Miguel Luque y Mari Lola cuantan cómo asumieron y vivieron el hecho de que sus tres hijos pasaron por el síndrome de Wolfran, muriendo entre los 30 y los cuarenta años, ciegos, en parte también sordos y con su salud altamente deteriorada. Eso aclarado para lo que no siguieron el acto, leí lo que sigue
como mejor pude:
Comenzaré hablando de esta palabra que descubrí no hace tanto Resiliencia. RAE 1. f. Psicol. Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Quizá haya que hablar de esta palabra que se ha difundido recientemente y se ha hecho familiar en la toma de decisiones cuando las cosas y la realidad obligan a elegir una opción entre: Rendirse o resistir, soportar o acoger, el aguante o la resiliencia. La paciencia y la abnegación siempre han tenido un cartel negativo. Ser paciente o abnegado se vinculaba a la capacidad para soportar algo, sobre todo un mal o una desgracia; ser paciente se entendía de aquella persona que sobrellevaba de forma admirable una situación dolorosa, triste, o una separación inevitable. Ser paciente se ha vinculado siempre a algo pasivo, (sufrir con paciencia las flaquezas de nuestro prójimo decía el catecismo como una de las obras de misericordia). Pero es necesario cambiar esa concepción por la que el ser humano se rinde, se somete, se doblega, se deja aplastar por las situaciones, sean éstas las que fueren. No se trata de cargar con algo sino de hacerse cargo. La paciencia no es debilidad, sino fortaleza, No es aguantarse sino sostenerse. No es desesperación, sino esperanza, no es cobardía sino audacia, no es pasividad, sino acción, No es ab-negación sino re-afirmación no es cruzarse de brazos, sino trabajar con serenidad, no es echarse a dormir sino estar vigilante, no es resignación, sino resistencia; no es una forma de ir tirando, sino una forma de seguir luchando, cargándose de razón. No es cargar nuestra cruz sin renegar, sino hacernos cargo de nuestra vida cargándonos de fuerza, optimismo y fortaleza. Miguel ha escrito el libro, pero los protagonistas de su vida han sido sus hijos, y a ellos sobre todo voy a referirme en lo que sigue: Cuando murió David, yo intente dejar en un breve poema, cuál era la filosofía con la que se sustentaba la lucha de este muchacho que había roto con todos los aspectos de su limitación como si ni siquiera existiesen. Su forma de lucha la había mamado en la familia, en la casa, en las actitudes de Mari Lola y Miguel Inválidos, minusválidos, discapacitados, disminuidos, invidentes, paralíticos. Todas las palabras caen al fondo del abismo del lenguaje social y socializante, compasivo y misericordioso, piadoso y caritativo… ante un hombre como David, ante una personalidad superior que se salta todos los apelativos, para transformarlos y extrapolarlos: inválido por valioso, minusválido por extraordinario, discapacitado por capaz y valiosísimo; disminuido por elevado y superior, invidente por iluminado, ciego por alumbrador de caminos, paralítico por activista apasionado. El supo poner notas y música a la prosa absurda de la vida. El supo poner notas de humor a la monótona rutina del dolor de los días. Él supo luchar por todo aquello que muchos, capaces, válidos, enteros y videntes, andan dudando, acobardados, y acaban aceptando, en silencio, su falta total de compromiso con la vida, su falta de compromiso con las mil causas en las que David puso su potente mirada la Luz de sus sueños. Las causas por las que él, sabedor de que la luz existe más allá de los ojos, convirtió en utopía los sueños del hombre, los horizontes y proyectos del hombre, las ilusiones rotas de todos los hombres. Él luchó por cambiar las escaleras por las rampas, pero nunca quiso aceptar el problema reducido a barreras arquitectónicas, El colocó en el objetivo de su lucha toda las barreras: las separaciones, las fronteras, las desigualdades, los muros, las alambradas y los prejuicios; Las ideas miserables y los fanatismos. El soñó sencillamente cortar las alambradas para dejar abiertos los caminos. El soñó borrar del mapa las fronteras para fundir las razas y los hombres. Y se ha ido, ¡lástima!, cantando Su propia canción: “El planeta para el que naciste aún no existe”. 31 de octubre 2007 . A la muerte de Dani, esta vez, no pude acompañar a Mari Lola y Miguel en esta despedida, les mandé unas palabras que descubren también cómo era este Dani, místico y sublime: “24 de junio de 2008. Queridos Miguel y Mari Lola, querido Iván: Tarde me llegó la noticia del fallecimiento de Dani. Bien es verdad que el que me enterara antes o después nada podía cambiar el hecho mismo de su partida. En la última y precipitada visita que os hice tras la muerte de David, me quedé con el recuerdo de su despertar, tras su siesta, para la dosis de insulina, preguntando si era de día o de noche y qué hora era. Espero que cuando haya aterrizado en la eternidad se habrá olvidado de preguntar las horas, se habrán abierto sus ojos, y no preguntará jamás cuando será de noche. Me acordé de sus “Historias de Dani” y supe que los protagonistas de sus cuentos llevaban nombres falsos y que siempre era Dani quien acababa poniendo el contrapunto a la desesperanza, a la injusticia, a la oscuridad o la mentira. La historia 11ª definitivamente toma a Dani, ahora sí, como Protagonista. Epílogo de la 11ª Historia de Dani Desde el encuentro con el monje que le indicó el camino interior por donde los seres humanos se encuentran con todos los desafíos de la vida, Dani lo siguió sin desfallecer, afrontando todos los retos que se le presentaron, asumiendo los riesgos, amando con desinterés, tratando con delicadeza cuanto le salía al paso y aceptando como regalo todos los acontecimientos buenos y malos. Fue largo –aunque breve- el camino. Finalmente tras cruzar tantos bosques de frescor, beber en las fuentes del amor, sentir el calor del afecto, experimentar la ternura de los seres más cercanos, sintiendo su cuerpo como una casa desmoronándose lentamente, pero oteando el horizonte de su ser interior, (recompuesto siempre y fortalecido por la esperanza) atisbó, finalmente, un ser de luz que le envolvió en una luminaria brillante, y sobre todo le inundó de paz. -Soy tu ser interior, tu espíritu, soy Dios, le dijo. Y Dani sintió una paz inmensa, una felicidad que le desbordaba. Los dos se dieron un abrazo y se fueron caminando juntos por el sendero de la eternidad… Así continuó Dani hasta sumergirse en el inmenso Océano del que empezaba ya a sentirse, luminoso y brillante, como una gota gemela de Dios. Finalmente se nos fue y se les fue Iván. 9 de abril de 2009 Creo que por la razón que fuere no estuve tampoco compartiendo con ellos esta despedida. Aunque si intenté ir a la huerta comunitaria donde fueron esparcidas sus cenizas y de las que han brotado no otra cosa que flores del bien. Sí recuerdo que guardé este correo que le puse a Rafa Yuste: Querido Rafa: Aunque seguramente te habrá llegado por otros caminos, me han comunicado esta mañana que Iván Luque ha fallecido esta madrugada de jueves a viernes santo. Será incinerado esta tarde, al parecer. No es una buena noticia para nadie. Supongo que morir en viernes santo, también puede ser una coincidencia simbólica, para gente que ha luchado con un compromiso firme, arrostrando la vida y su penosa circunstancia con enorme vitalidad y optimismo. Lo siento por Mari Lola y Miguel. En poco tiempo se le han ido los seres queridos que motivaban su entrega diaria y su esperanza contra toda esperanza. Su fortaleza, me imagino, será como la de las raíces que han sustentado estas tres hermosas ramas llenas de fruto: Dani, David e Iván que se les han desgajado del tronco, dejándolo ahora en total desnudez, pero con el ánimo, espero, de mantenerse en pie, retando esta nueva y tremenda intemperie. Una cita: “El bálsamo - decía Octavio Paz- que cicatriza la herida del tiempo se llama religión; el saber que nos lleva a convivir con nuestra herida se llama filosofía” (en La llama doble) Miguel ( y Mari Lola, más en silencio) siempre han nadado buscando en ambos campos, el de la religión y el del pensamiento filosófico no tanto una luz que le haga “llevadero” el peso de la realidad, cuanto una fuente de donde alimentar su esperanza, su optimismo, su lucha, o por mejor decir la lucha de todos los miembros de la familia. Y voy a terminar con la segunda acepción de Resiliencia. 2. f. Mec. Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación. ¿para qué? …Para reaccionar con fuerza, con toda la energía guardada. Esa es la verdadera opción que nos propone Miguel: sentirnos unidos y solidarizarnos para ser de verdad Guardianes de lo auténticamente humano. Gracias por este pequeño compendio de vuestras vida, Gracias Miguel, Gracias Mari Lola y –espero nos estén mirando con los ojos del corazón- Gracias, Dani, Gracias David, Gracias, Iván.

lunes, 8 de julio de 2013

Palabras de agradecimiento por el título de Hijos Adoptivos de Rafa Yuste, Miguel Ángel Ibáñez y Paco López de Ahumada

5 de julio de 2013. Fiesta del 246 aniversario de la fundación de Fuente Palmera. Las personas somos como un tapiz o como una tela bordada. La parte que aparece a la vista de todos es normalmente la más bella, la más presentable, la que retrata lo más lindo de nosotros, la otra parte, la parte trasera del tapiz o el bordado es la que cada uno ve desde su interioridad. Generalmente está deshilachada, descompuesta, falta de forma y de belleza, pero es todo ese revés de la trama lo que hace también al ser humano y lo reviste de limitaciones y pequeñez, lo que le permite sentirse humilde, poca cosa y medir la insignificancia de su ser total. Esa apreciación personal del envés del tapiz hace que estos reconocimientos signifiquen siempre una forma de estímulo y un acicate para no tirar la toalla, pero siempre balanceados por los elementos que nos permiten ser conscientes de nuestros límites y nuestra fragilidad. Elevan nuestra autoestima pero no deben alimentar un narcisismo autocomplaciente o una absurda y boba vanidad Nuestro compañero Manuel Fraijó, catedrático de historia de las Religiones en la UNED, (Universidad de educación a distancia) en un reciente homenaje comentaba al responder a los compañeros que al oírlos hablar se preguntaba, ¿Pero es de mí de quien están hablando? A veces no nos reconocemos en el retrato mítico y apasionado que hacen de nosotros quienes nos quieren demasiado. Los curas obreros llegamos a Fuente Palmera cuando hacia muy poco tiempo que había concluido el Concilio Vaticano II, y cuando después del mayo de 68 algo se iba moviendo en España de cara al cambio radical que supondría la muerte de Franco, la transición y la democracia Éramos en principio cuatro. Luego nos quedamos reducidos a dos y vino Miguel Ángel desde las escuelas profesionales de Explosivos Riotinto de Huelva, pues la empresa no estaba conforme con la pedagogía del equipo jesuita que la llevaba. Al final quedamos sólo nosotros tres. Y aquí permanecimos hasta cubrir prácticamente 12 años que estuvimos al frente de la parroquia. "Cuando vinimos como "curas obreros", pretendíamos conjuntar esas dos cosas: evangelizar, que siempre es la misión de un cura (evangelizar, lo que significa es "transmitir una buena noticia") Y hacerlo no sólo en el templo y desde el templo, Traíamos ya la convicción de que no se trataba de acarrear a la gente a la iglesia o al templo, sino de acercarse a donde estaba la gente (la mayoría de la gente, la que no iba a la iglesia sino circunstancialmente). Ese acercarnos nos llevó a donde la gente estaba: en el trabajo, en sus casas, en la taberna, en las ferias, en la emigración. Nos llevó a compartir sus alegrías y sus tristezas, sus luchas y sus esperanzas y a compartir también con ellos las nuestras. Evangelizar de otra manera, compartiendo el trabajo, nos ayudó y ayudó a despertar de un largo letargo como ciudadanos, como seres libres y adultos, como seres responsables no sólo de las propias vidas, sino de la vida social y política (entonces casi inseparables). En nuestro despacho parroquial colocamos dos leyendas (que ahuyentaban a algunos y atraían a otros): "Hay tres formas de relacionarse con el pueblo: vivir con él, vivir para él, vivir de él. En la última entramos todos los privilegiados de la sociedad" (tomada de alguna neurona del mayo del 68). Y ésta otra, tomada de Gandhi: "Predicar el desafecto al actual gobierno (al de entonces, entiéndase, aunque, a veces, no pierda actualidad) se ha convertido en una pasión para mí". Eso fue, en parte al menos, lo que intentamos: vivir para y con la gente y ayudar a preparar otra forma de entender la vida social y política. En aquella atonía cultural, social y política en que el régimen nos sumía, esas dos vertientes resultaron escandalosas para algunos, pero fueron bien comprendidas por la mayoría que, entendió y nos hizo entender, que otra forma de vivir la fe y de vivir como personas era posible. . Hoy también nuestro compañero jesuita el papa Francisco, intenta abrir ese camino de sencillez y de ausencia de boato, lujos o grandezas, para acomodar los gestos de la Iglesia a la elemental simplicidad del evangelio de Jesús de Nazaret, tratando de estar cerca de los pobres, de la gente sencilla del pueblo. Nos sentíamos aquí como sembradores, porque la parábola del Evangelio habla de que la palabra de Jesús es como una semilla que siembra a voleo el sembrador, y que cae una parte en el camino, otra en el pedregal, otra en medio de las zarzas y por último una parte cae en buena tierra y da ciento por uno. Generalmente, dice San Pablo, uno es el que siembra y otro el que siega. Han pasado ya 40 años desde los días en que andábamos sembrando. Algo habrá quedado de aquel ir codo con codo en los surcos, en el girasol, la remolacha, el algodón, entre la cepas de las viñas, arrastrando los fardos, trasladando aprisa los bancos de olivo en olivo o cargando de masa los capachos del molino de Paco Rivero. Y algo habrá quedado de aquellas catequesis y aquel elemental movimiento junior, de unas primeras comuniones despojadas de boato y lujos, algo de aquellos grupos de jóvenes que entre otras cosas montaron Jesucristo superstar, descubriendo también el aspecto más humano de Jesús; o las colonias de verano de Torrox mezclados con niños y niñas del Sector Sur de Córdoba, (los vikingos) o de Bujalance y otros pueblos de la provincia. Muchos sé yo que no han olvidado aquello, pero más seguro estoy aún de que lo sembrado ha echado raíces y ha crecido sin alharacas en el corazón de mucha gente. Alguien preguntó ¿Y qué es lo que han hecho aquí los curas obreros jesuitas? Para algunos éramos un estorbo a la fe, pero para una gran mayoría fue el abrir una puerta cerrada a la gente sencilla desde siglos, fue encender una luz que nunca les había alumbrado, y fue descubrir que había otros caminos para ser cristiano. Personalmente y en nombre de los tres agradecemos este título. Entendemos que este reconocimiento, a juzgar por lo que dice el reglamento parece desmedido respecto a nuestra aportación, pero realmente estamos agradecidos, porque es una rememoración de aquellas ideas simples y prácticas que algo nos hicieron avanzar colectivamente en libertad y en responsabilidad. Según dice el reglamento de distinciones en su artículo 8, estos títulos se pueden conceder a quien o quienes por sus destacadas cualidades personales o méritos señalados y singularmente por sus servicios en beneficio, mejora u honor de (nuestros pueblos); y que hayan alcanzado tan alto prestigio y consideración general, tan indiscutible en el concepto público, que por la concesión del título deba estimarse por el ayuntamiento como el más adecuado y merecido reconocimiento de esos méritos y cualidades, como un preciado honor, tanto para quien lo recibe cuanto para la propia corporación que lo otorga. Gracias pues por haber propuesto que los tres compañeros jesuitas (ellos siguen siéndolo) hayamos sido tenidos en tan alta consideración a ojos de quienes nos han propuesto en la corporación para este título. Gracias a la Corporación, y gracias al pueblo de Fuente Palmera y la Colonia que, particularmente a mí, Paco; me tiene como uno más de sus vecinos y ahora me honra junto a mis viejos compañeros, con este título de hijo adoptivo. Muchas gracias.

miércoles, 23 de enero de 2013

A propósito de orar con el cuerpo y en el cuerpo

En ello estoy. Creo que es muy válido. Sería bueno que la teología moral reflexionara sobre el cuerpo, que es en definitiva el único cauce a través del cual nos relacionamos con la realidad, los demás y con el profundo misterio de Dios que nos habita. A lo mejor la percepción de la sexualidad como parte, o mejor como integrante de la corporalidad, podría mirarse con otros ojos, sin desconocer la enorme fuerza integradora y disgregadora que arrastra o que aporta. Pero disgregar disgregan también las pasiones más interiores, y que tienen su reflejo en la soberbia, la avaricia, la ira, la envidia, la pereza, y los dos capitales más implicados en la corporalidad: la lujuria y la gula.

El Espíritu actúa en nosotros y por nosotros

Dios no es un mago, actúa a través de espíritu humano que se deja modelar por el bien y el amor Nadie tiene un acercamiento a Dios por una pretensión meditativa, ni por la auto concentración. Probablemente esa es la forma más engañosa de “contactar” con Dios. A Dios siempre se le descubre y se le ve a través de los rostros ajenos, a través de la bondad del otro, de su capacidad de entrega, de su sencillez y su generosidad. Etc. etc
. entonces emerge la luz que nos revela el misterio de Dios y seguramente no a Dios mismo, sino la epifanía y la manifestación de Dios a través del corazón la caricia y la sonrisa del otro. Así se lo daba yo a entender a veces al sacristán del Carmen. Aquel que le redimió de tus cadenas era otro hombre de carne y hueso como tú transido por el amor que es Dios como fuente de toda energía y bondad. Al final es Dios quiien obra a través del hombre.