miércoles, 1 de septiembre de 2010
La mosca en la oreja. Melilla
Quien no te conozca que te compre, decía el viejo refrán. Para mí, que al parecer soy mal pensado, que se está poniendo en marcha subrepticiamente una de esas campañas que de cuando en cuando sacan la cabeza del agujero, promovidas por el mismísimo rey de Marruecos. Son los prolegómenos de una marcha verde o amarilla que pretende anexionarse lo que cree que es suyo como ya hizo de una manera tan descarada, y mediante la sutil estrategia de invadir con mujeres y niños (y no con el ejército, que iba de retaguardia) los territorios que fueran colonia española de Sahara Occidental.Ahora la estrategia es echar por delante a asociaciones –no sabemos si creadas ad hoc- para generar bloqueos sistemáticos y aleatorios de los pasos fronterizos en Melilla, (mañana será Ceuta también, por qué no), con la excusa –cuyos fundamentos son discutibles por lo menos-, de que existen malos tratos por parte de los policías que controlan y regulan el paso fronterizo entre España y Marruecos.Quizás la percepción de mal trato que puedan tener subjetivamente los marroquíes en la frontera sea razonable o tenga algún fundamento, pero está claro que no ha habido por parte del gobierno marroquí una sola palabra acerca del comportamiento de esta policía ni de los supuestos miembros de asociaciones marroquíes que se concentran en la frontera y dejan en tierra de nadie elementos de difamación y –curiosamente- ataques a la policía femenina española.La evidencia geográfica de la ubicación de nuestras ciudades africanas deja a las claras que forman parte de una región o territorio, pero no necesariamente de un estado concreto. Las situaciones que se producen como consecuencia de factores históricos no son a veces fáciles de “enmendar” o rectificar. El disparate montado con la entrega de un territorio en tierras palestinas a los Israelitas para que tengan un estado geográficamente localizado ya fue –entiendo yo- un craso error, pero necesario dado el poder (sumergido) de las comunidades judías y su apoyo contra Hitler y dada la situación de injusticia y holocausto perpetrada por los nazis contra el pueblo judío, aunque no exclusivamente contra él.En cualquier caso lo que haya que resolverse, habrá que hacerlo por vías diplomáticas, por vía de diálogo y negociaciones aunque el resultado sea en tablas, como se mantiene hasta el día de hoy –y entiendo que por mucho tiempo- la colonia “autónoma” de Gibraltar.Pero yo no me engañaría con la estrategia de Marruecos, ni estaría muy seguro de los resultados de la visita que hará el Ministro de Interior español de aquí a pocos días a Marruecos. Se templarán gaitas y se harán comunicados de prensa por ambas partes, las relaciones de declararán de nuevo excelentes aun a sabiendas de que –si bien hay que respetar el deseo de prosperidad de Marruecos y sus intentos de economía ascendente- España no puede vivir chantajeada continuamente por estas insinuantes amenazas sobre la pretensión anexionista de Maruecos sobre las ciudades del norte de África españolas.Con el tiempo habrá que encontrar una solución justa, pero no podemos seguir en la tesitura del que “contri más, más”… que imagino todo el mundo conoce cómo concluye el dicho. Pues eso17 de agosto de 2010.
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