lunes, 20 de agosto de 2012

Sobre la oración

Mis pensamientos respuesta a A. Alcaide del 20 de abril En cuanto a lo de la oración, estoy contigo. La oración es el silencio, es el sentimiento de pobreza, es el sentirse abrumado por la realidad, es vivir a flor de piel el dolor de todos, es alucinar con el corazón lleno de gozo de las maravillas de la naturaleza, de la vida y de las personas...Es en definitiva el estremecimiento interior, el conmoverse la entrañas, es el sentimiento de piedad y de misericordia, de respeto y ternura que se despierta en el corazón abierto. Es estar en medio de la vida, como quien "no deja pasar nada desapercibidamente"; es la apertura permanente al misterio y la consciencia de la ignorancia y la impotencia... Es, si quieres la eterna espera y la eterna búsqueda que nunca alcanza su objetivo. Es "Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido, salí tras ti clamando... y eras ido" Nadie tiene un acercamiento a Dios por una pretensión meditativa, ni por la auto concentración. O probablemente esa sea la forma más engañosa de “contactar” con Dios. A Dios siempre se le descubre y se le ve a través de los rostros ajenos, a través de la bondad del otro, de su capacidad de entrega, se su sencillez y su generosidad. Etc. Entonces emerge la luz que nos revela el misterio de Dios y seguramente no a Dios mismo, sino la epifanía y la manifestación de Dios a través del corazón, la caricia y la sonrisa del otro. Así se lo daba yo a entender a veces al sacristán del Carmen. "Aquel que te redimió de tus cadenas era otro hombre de carne y hueso como tú transido por el amor que es Dios como fuente de donde mana toda energía y bondad.

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