Mañana comienza el adviento. y la llamada del evangelio significa que hay que tener los ojos bien abiertos, andar despiertos y vivos, porque en todo momento necesitamos estar preparados para descubrir que frente a cada persona y cada acontecimiento hay que reaccionar y comprometerse con el hoy con este signo o señal del tiempo, del kairos. Ahora es necesario consolidar con hechos la posible esperanza en el Hombre.
Porque el cristiano no tiene otro Dios que aquel que se ha encerrado en el tempo humano.
El sacramento del encuentro con Dios es el Hombre (Jesús) y todo hombre. Estemos alerta, el viene y se acerca desde cualquier lado y en el momento que no lo esperamos. Hay que prepararse para hacer el camino hacia la pobreza, hacia la desnudez, hacia la pequeñez y la humildad de Belén. El primer templo en el que Dios habita fue María; el segundo el establo. ¿Qué nos va a sorprender cuando aparezca de la forma más inesperada? ¿No es eso lo que sugiere el evangelio del primer domingo?
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