jueves, 4 de noviembre de 2010

Me hago muchas preguntas

¿Por qué sigue siendo preferible recurrir a lo invisible, antes de asumir una nueva forma de responsabilidad personal para entender la convivencia, la vida, los problemas, el dolor, la muerte…?
¿Realmente necesitamos de algo mágico-religioso para poder interpretar y vivir ordenadamente la vida?
Los hechos demuestran que todas las religiones que pregonan la salvación no están resultando tan útiles en la era de la globalidad. A veces, como es evidente, son una fuente nueva de conflictos y a veces conflictos de compleja solución.
En cualquier caso retrotraen al individuo a una interpretación exótica y a la percepción subjetiva de unas realidades cuya entidad es bastante inasequible, dudosa, y en consecuencia opinable y, con frecuencia, sólo nos vale para alienarnos en el sentido de volcar en un “otro” la responsabilidad, las respuestas y las soluciones a problemas y situaciones complicadas.
Frecuentemente se alude al momento actual de la posmodernidad y el nihilismo, del relativismo ético o de todo tipo como la fuente de los males que existen hoy y que son destructivos para la humanidad y para los seres humanos, especialmente los más desamparados.
Pero ¿es que ha habido, me pregunto, una época con la religión oficial del estado, o la cristiandad en su pleno apogeo, en que los males de la humanidad hayan sido menores? (Muertes, pestes, matanzas, guerras, violencia de todo género, avaricia, abismo entre ricos y pobres, hambrunas, terremotos, inundaciones, volcanes en erupción, explotación del hombre por el hombre…) A veces nuestra miopía es considerable. Y ¿cuántos conflictos existen en nuestro mundo que sean resultado de los desencuentros religiosos? ¿Cuándo los conflictos entre religiones no han ocultado unos intereses económicos, que le sirven de telón de fondo? Entre los cristianos hay varias ramas bastante semejantes , pero caminan en paralelo sin perspectivas de encontrarse. Y ¿Cuántas sectas también, grupúsculos predicando salvación sostenidos por “donativos” interesados de magnates del las finanzas, por ejemplo?
¿Cuántas facciones dentro del Islam mismo, radiales o no, pero cuyas diferencias se liquidan frecuentemente con matanzas y ataque a templos o mezquitas de los “adversarios”?
Hay que reconocer que la influencia de las religiones es mucha en orden a mantener cierto status, pero bastante poco eficientes en orden a mejorar en su conjunto la convivencia en el planeta.
La oración se sigue interpretando como una “solicitud”, o una instancia dirigida a alguien pidiendo algo exponiendo la situación y rogando una solución.
Si tras la oración hay solución, se despierta en nosotros un agradecimiento hacia esa realidad trascendental, y si no hay solución, encontramos en esa entelequia la consolación de la “paciencia”• la resignación o la aceptación de los hechos (desfavorables), como “voluntad divina”.
Y anoto todo esto pensando que quienes no están acostumbrados a plantearse críticamente nada, les parecerá blasfemo y aberrante el mero hecho de enunciar estos pensamientos. Y lo hago con el deseo de que se pierda el miedo a pensar cosas distintas de las que se plantean como el pensamiento único y ortodoxo, sin dar la menor cabida a opiniones que no tienen por qué considerarse destructivas.

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